domingo, 24 de febrero de 2013

Nefesh HaAdam: parte 4


Emocionales y racionales

Emocionales
Racionales
Más sensibles.
Más fríos, impersonales y se comportan usando sólo el cerebro.
Pueden ser considerados egoístas y también bien educados y considerados
Si son egoístas, piensan mucho en ellos mismos y demandan cariño y mimos de los demás.
Les es difícil alabar o brindar palabras lindas, como “gracias”, escuchar los problemas ajenos o dar calidez.
Les cuesta negarse a algo. Siente lo que el otro siente y se ve influenciado por lo que pasa a su alrededor, son como esponjas que absorben todo, tanto positivo como negativo, lo que los hace más débiles y se sienten menos que los racionales.
Están desconectados de lo emocional, les interesan los hechos, los datos concretos. Les resulta fácil decir que no y ser autoritarios poniendo límites. Parecen más maduros y estables y son más valorados. Para ellos, lo normal es la eficiencia y el desempeño, busca soluciones
Hablan mucho porque quieren expresar todo lo que sienten y no siempre tienen en cuenta lo que le pasa al otro (si no le importa, si está apurado…). Se expresan con mayor facilidad
Habla cortito “no ayuda llorar”, “no pasó nada”. Necesita sentirse respeta-do.
Su oxígeno es que lo comprendan y que lo quieran. Tener relaciones cercanas con la gente y que lo escuchen un rato.
Su oxígeno es tener un desempeño eficiente y lograr lo que se proponen
Le gusta pedir ayuda, le hace sentirse apoyado. Se toma las situaciones o problemas ajenos de forma personal. Les da miedo la soledad y el rechazo. Necesita gente para que lo quieran y quererlos.
Les es muy difícil pedir ayuda y aconsejarse. No les gusta que les den órdenes. No se deprime, usa la lógica para resolver sus problemas.
Son menos autoritarios, más elásticos y necesitan dormir más. Para llamar la atención, exageran, en vez de decir, “estoy cansado”, dicen “me desmayo” o cosas similares.
Se quejan de que los emocionales son demasiado dramáticos y que hablan y repiten mucho.
Son más permeables, absorben todo y se quedan pegados a esa situación y les cuesta recuperarse. Si alimentamos los sentimientos negativos, se hunde más, hay que evitar hacerlo.
Son más impermeables y les resbalan los problemas.
Chicos: si les falta amor, se pueden sentir tristes y obrar negativamen-te. Lloran más. Quizá necesitan unos minutos de compañía y se van solos a jugar. Hay que entenderlos y ponerse en su lugar, pero mostrarles que hay cosas más importantes. Hay que diferenciarlo de un niño mimado, a quien no se le ponen límites. Un maestro crítico y severo les puede hacer muy mal.
Si son varones, es más difícil aceptarlos, son demasiado sensi-bles, pero en nenas es más común.
Los ayuda mucho expresar sus emociones para así poder mitigar los malos comportamientos.
Para aclarar, no siempre uno es completamente racional o emocional, existen los puntos medios.

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