viernes, 18 de marzo de 2016

Refuah Shelema

Por favor R"SH para Jaike bat Udul

domingo, 14 de febrero de 2016

Perashat Tetzavé


Hashem le ordenó a Moshé que se hiciera una Menorá, continuando con el tema de la Perashá anterior de la construcción del Mishkán. Al igual que el resto de los elementos de la Casa Portatil de Hashem, podemos tomar aprendizajes para nuestra vida de ella, que representa el estudio de Torá. Es prendida con aceite de oliva puro, simbolizando que la Torá debe ser cumplida y estudiada sin influencias externas o modificada a nuestra conveniencia. El Cohén debía asegurarse de que la mecha se había prendido en su totalidad, enseñándonos que un moré o rab debe ser paciente y esperar hasta que el alumno comprendió el tema a la perfección. Además, estaba ubicada fuera del Parojet (cortina divisoria), mostrándonos que la Torá no es solo para cumplirla dentro del Bet Kneset, sino que en cada faceta de nuestra vida. (Adaptado de Torá para su mesa, de la rabanit Jungreis). 
La raíz de la palabra shemen, aceite, viene de neshamá, alma. El pasuk dice que cada uno debía llevar a Moshé aceite puro para alumbrar la Menorá. En una mirada más profunda, podríamos aprender que para poder llenarnos de la luz de la Torá, simbolizada por la Menorá, debemos primero apegar nuestra neshamá a los tzadikim, en este caso, Moshé. Estar rodeados de justos nos inspira a copiar sus acciones y cualidades, volver en Teshuvá y corregirnos. 
La perashá sigue hablando de las ropas de los Cohanim. ¿Qué relación hay entre la Menorá y las ropas? Ambas nos muestras cómo acercarnos a Hashem e iluminar con nuestra Neshamá (el aceite). Los cohanim tenían una relación cercana a Hashem gracias a lo que vestían y así nosotros, si nos ponemos ropas honorables en nuestra neshamá, Torá y Mitzvót, lograremos iluminar el mundo. Aprendemos que la Torá se compara a la vestimenta de Adam y Javá, que cuando pecaron se sintieron desnudos porque les faltaban las ropas de la pureza espiritual. (Adaptado de Torat David)

domingo, 29 de noviembre de 2015

Januká

Januká
La historia
Alejandro Magno, el emperador griego, conquistó gran parte del mundo conocido, incluyendo Israel, la cual perdonó (al segundo Beit HaMikdash) por Shimón el Cohén Gadol, con quien soñaba antes de cada batalla ganadora. Tras su muerte, el imperio se dividió, surgiendo los Ptolomeos en Egipto y los Seléucidas en Siria. Al principio Israel estaba bajo el mando de los primeros y podían ser más o menos judíos abiertamente. Cuando los conquistaron los Seléucidas, su suerte cambió y Antiocus IV prohibió cinco cosas:
v Estudio de Torá: es la clave para luchar contra la asimilación, sin conocerla, no cumpliremos Mitzvot. Es lo que nos diferencia de las demás naciones.
v Shabat: Cuando cumplimos Shabat, un día en el cual no trabajamos, dejamos que Hashem se ocupe de nuestra Parnasá (sustento). Nada más opuesto al egocentrismo griego, donde D”s es un detalle en la vida del hombre.
v Brit Milá: Para los griegos, el ser humano nace completo y perfecto y el Brit Milá era un defecto, no una posibilidad de perfeccionarnos.
v Novias judías: eran sometidas de estar con un general griego la noche anterior a sus casamientos. Los opresores atacaron así la santidad y la pureza de la familia judía.
v Rosh Jodesh: el inicio del mes judío, depende del nacimiento de la Luna. El pueblo judío se compara a ella, ya que luego de desaparecer, vuelve a nacer.
La tasa de asimilación era cada vez más alta, por lo que una familia de Cohanim encabezada por Matitiahu, el Cohén Gadol, planea una rebelión para recuperar la libertad de expresión religiosa. Luego de tres años de lucha, milagrosamente recuperaron el Beit HaMikdash. El 25 de Kislev terminaron de purificarlo y querían prender la Menorá, pero solo había aceite para un día. Hubo un milagro, y este duró 8 días, tiempo que se tarda para ir y volver de los olivos de Asher. La guerra continuó y finalmente vencieron y comenzaron su propia dinastía de reyes.
El nombre del Jag
El nombre “Januká” tiene varias explicaciones:
Ø Proviene de la unión de “Janú”, descansaron, y 25 (en hebreo, ka (כה) suma eso), el 25 de Kislev.
Ø Januká significa inauguración, en este caso, del Beit HaMikdash luego de ser impurificado por los griegos.
Ø Tiene la misma raíz que Jinuj (educación), así que hay que hacer especial hincapié en la educación de los niños.
La Janukiá
ü Tiene ocho brazos por los días que duró el aceite (el primero también lo incluimos ya que fue un milagro por sí mismo haber encontrado un jarrito de aceite con el sello del Cohén Gadol)
ü Como veremos en las Halajot, puede ser de cualquier material, de preferencia prendida con aceite de oliva (con él fue el milagro) y mechas de algodón (absorben mejor el aceite y su luz es más clara). Como condición, todas las luminarias deben estar al mismo nivel y alineadas, menos el Shamash que para distinguirlo, está más arriba, abajo o separado.
ü Se acostumbra a prender la Janukiá con la salida de las estrellas o al anochecer (consultar horarios). Un día común debe quedar prendida media hora y cuando es viernes, media hora luego de la salida de las estrellas. En este caso, primero se prenden las de Januká y después las de Shabat.
ü Las velas se colocan de derecha a izquierda y se prenden de izquierda a derecha.
ü Ashkenazim acostumbran a que cada integrante varón de la casa tenga una Janukiá propia. Los sefaradim prende una el hombre de la casa.
ü Antes de encender, se dicen las Berajot y después, según la costumbre, HaNerot Halalu, Maoz Tzur y el Tehilim 30, Mizmor Shir Janukát HaBait.
Berajot:
1.    Baruj ata A-do-nai elo-he-inu melej haolam asher kideshanu bemitzvotanu leadlik ner shel Januká
2.    Baruj ata A-do-nai elo-he-inu melej haolam sheasa nisim laavoteinu baiamim hahem bizemán haze.
3.     Baruj ata A-do-nai e-lo-he-inu melej haolam shehejeianu vekimanu vehiguianu lazemán haze.
El primer día se dicen las brajot 1,2 y 3. Los demás, sólo las 1 y 2.
Halajot
1.    Todos los tipos de aceites y mechas se pueden usar para prender la Janukiá (Menorá de 8 brazos más la vela piloto); pero el aceite de oliva y las mechas de algodón son lo mejor para usar. Se pueden usar velas, pero mejor aceite ya que el milagro fue a través de él.
2.    Está prohibido usar de cualquier forma las luminarias de Janucá. Por ello, se prende el Shamash, para que no se considere que las usamos.
3.    Sefaradim prenden primero las velas y luego el shamash y ashkenazim con el shamash prenden las velas.
4.    Si la Janukiá es de barro/arcilla, sólo se puede usar una vez ya que parece sucia.
5.    En los ocho días de Janucá se agrega “Al Hanisim” (Amidá y Bircat HaMazón); pero no en “Mein Shalosh”.
6.    Los ocho días de Januká se recita “Halel” completo.
Costumbres
Comidas con aceite: en recuerdo al milagro de aceite.
Januká Guelt: Se acostumbra a que los padres les den a sus hijos regalos (en especial dinero) los 8 días del Jag.
Sebibón: Es una perinola de cuatro lados cada lado tiene una significado.
נ(Nun): Nes (milagro)
ג(Guimel): Gadol (grande)
ה(Hei): Aiá (ocurrió)
ש(Shin): Sham (ahí). En Israel se cambia por פ (Pei), Po (aquí)
Juego:
Cada letra tiene una consigna:
Nun: Nada
Guimel: El jugador toma todo lo que se ha puesto en el medio.
Hei: El jugador toma la mitad de lo que se ha puesto en el medio.
Shin/Pei: El jugador coloca una moneda en el medio.
Luego de que el Sebibon haya caído en Guimel cada jugador debe colocar una moneda en el medio. Cuando la cantidad de monedas es impar y cae en Hei el jugador toma el aproximado mayor a la mitad (ejemplo: Si hay 3, agarrar 2).
Procedimiento:
ü Cada jugador tiene 14 fichas (pueden ser monedas, caramelos, chocolates, lentejas...) y hay 4 en el medio (pozo).
ü  Empieza a jugar uno y después sigue según las agujas del reloj (para la derecha).
ü  El juego termina cuando un jugador lo haya ganado todo.
Historia:
En la época de Januká, los griegos no los dejaban estudiar Tora. Algunos Iehudim no querían cumplir esto, así que cuando no los veían, estudiaba, en cambio, cuando veían griegos, disimulaban con el sebibón.
Lecciones
Durante la época de Alejandro Magno, la época helenística de Grecia, el imperio estaba en su máximo potencial, siendo amos del Mar Mediterráneo y más; pero cuando muere y distintos emperadores intentan eliminar nuestro judaísmo, extrañamente ¡comienzan a decaer! ¿Cómo puede ser esto? ¿Qué explicación lógica tiene? Ninguna. Todo fue para demostrar que a nosotros, los Iehudim, nadie nos destruirá. Hashem cuando estamos en aprietos, destruye a nuestros enemigos de cualquier manera. Él creó la naturaleza, así que también la puede cambiar, haciendo que unos pocos judíos, los Jashmonaim, pudieran vencer al vasto ejército.
También podemos comparar esta festividad con Purim. ¿Cuál de las dos es más alegre? Seguramente todos responderemos que Purim, pero ¿por qué? En la época de Purim, el pueblo de Israel estaba en un nivel muy bajo de espiritualidad, pero finalmente todos, no sólo unos pocos como en Januká que fueron, entre otros los Macabim. ELLOS se esforzaron por cambiar. En cambio, en Januká, Hashem hizo todos los milagros, venció a nuestros muchos enemigos, hizo que el aceite durara ocho días…
Podemos acordarnos de estos últimos conceptos, viendo el sebibón y la matraca (utilizada en Purim). El sebibón lo tomamos por arriba (Hashem, por arriba nos manda todo de arriba, Sus milagros) pero la matraca la hacemos sonar de abajo (nosotros hacemos el esfuerzo, pero obviamente Hashem nos ayuda, creando el sonido).
En fin, Hashem siempre nos va a dar todo lo que necesitamos, pero para hacerlo más feliz, tenemos que poner nuestra parte.
Aparentemente, la victoria militar de los judíos sobre el imperio griego, fue un milagro mucho más grande que el aceite que duró durante ocho días. Pero la luz de Januká simboliza la real victoria: la supervivencia de la luz espiritual (la Torá) del Iahadut a pesar de la interesante e innovadora cultura griega.
Otro punto que podemos resaltar es ¿por qué merecimos los milagros de Januká? “Abrí un agujero del tamaño de la punta de una aguja, y Yo (Hashem) te abriré puertas de salones de palacios”.  Los Jashmonaim tuvieron emuná (fe) en que Hashem los ayudaría en sacar a los griegos y sus malvados decretos; pero no solo con palabras, sino también con la acción.

La dinastía Jashmonaí terminó con la disputa entre dos hermanos (Aristóbulo e Hircano). De aquí podemos aprender que si entre nosotros hay problemas, cualquiera nos puede destruir

Perashat Vaieshev

De los 12 hijos de Iaakov, Iosef, hijo de Rajel, era el más Tzadik; pero cometió errores: cada vez que veía a sus hermanos hacer algo no bueno, se lo decía a su padre para que se arrepientan en vez de él mismo ayudarlos; y quizás las “transgresiones” que cometían, tenían buenas intensiones, pero él no las buscó.
Los demás hijos, estaban muy celosos de él ya que su padre abiertamente lo consideraba su preferido, por ejemplo, regalándole sólo a él una hermosa túnica y ellos pensaban que se debía al Lashón hará de Iosef sobre ellos. Realmente este amor tan profundo se debía a que era el primogénito de Rajel, su amada y porque a pesar de su temprana edad, estudiaba mucha Torá junto a él.
Su odio aumentó cuando les contó Iosef dos de sus sueños:
1.    Todos estaban atando cereal, el de Iosef quedaba erguido mientras de los de los demás se le “inclinan”.
2.    Se inclinan delante de él el sol (Yaakov), la luna (Rajel) y once estrellas (hermanos).
Al escuchar el segundo sueño, Yaakov retó a Iosef. Nuestros jajamim explican esto así: Yaakov sabía que los sueños de Iosef eran verdad porque los más grandes tzadikim tienen sueños claros y que se pueden volver realidad. Cuanto mayor es el nivel espiritual, más exacto es lo que ven. Cuando le contó que el sol (él) y la luna (Rajel) se iban a inclinar delante de él, notó que el nivel de su hijo quizá había bajado porque era imposible que se volviera verdad al estar Rajel muerta.
Yaakov le pidió a Iosef que fuera a observar a sus hermanos, quienes estaban pastando en la tierra que habían destruido Shimón y Leví (Shjem), cuyos habitantes podían tomar venganza. Al verlo llegar, decidieron que lo matarían, pero luego por el consejo de Reubén (quien pensaba luego rescatarlo), lo tiraron a un pozo con alacranes. Finalmente, vieron a unos mercaderes ishmaelim y lo venden como esclavo. Los ishmaelim en general venden cosas que huelen mal, pero en este caso eran mercaderes de perfumes. Esto nos demuestra que Hashem había decretado que sería vendido, pero solo eso. Él no agregó siquiera el sufrimiento de oler algo feo por lo justos que son Sus cálculos.
En el mercado de esclavos, Potifar, ministro del faraón, lo compró. Ejercía maravillosamente su labor gracias a Hashem así que lo llegó a considerar su gran ayudante.
Como era tan bello, Zulaija, la esposa de Potifar, se enamoró de él. Lo quería conquistar, pero él la rechazaba. El día de celebración por la crecida anual del Nilo, ella permaneció con Iosef en su hogar diciendo que no se sentía bien, sacó su espada, le sacó la remera para hacerlo pecar y él se escapó. Algunos explican que Iosef se había rendido y aceptado pecar con ella pero Hashem hizo que se le presentara una imagen de su padre, la cual lo hizo entrar en razón.
Potifar mandó a Iosef a la cárcel, por más que realmente sabía que era un Tzadik. Lo hizo solamente porque Zulaija ya había difamado el rumor del “malvado Iosef” y no podía decirle a todos que su esposa era una mentirosa.
En prisión, el supervisor confió tanto en él que lo designó para que cuidara a los encarcelados y así fue por 10 años. Un día llegaron dos personas nuevas, las cuales ambas habían soñado cosas que les traían pesar y Iosef les interpretó sus sueños:
·       El mayordomo del Faraón (había servido una copa de vino con una mosca al rey): Exprimía tres ramas de vid sobre una copa y luego la entregaba. Iosef le dice que en tres días volvería a su puesto.

·       Panadero/repostero real (entregado un pan con una piedrita): Cargaba tres canastos con hogazas de pan, y aves las picotean. Iosef dice que morirá en tres días y será comido por pájaros.

lunes, 23 de noviembre de 2015

Perashat Vaishlaj

Yaakov no se había encontrado con su hermano Esav hacía ya 20 años y no sabía si lo había perdonado. Por lo tanto, mandó mensajeros a los cuales instruyó palabra por palabra lo que deberían comunicar. Volvieron diciendo que Esav se aproximaba con un gran ejército de 400 generales, cada uno con 400 soldados.
Hashem le había prometido que lo protegería, pero temía que su familia haya pecado o que los méritos de Esav por los 20 años que pudo cumplir con la Mitzvá de honrar a los padres (y él no por estar fuera de su hogar) lo hicieran ganar. Por ello, se preparó para la batalla de tres maneras, las cuales nos enseñan a cómo comportarnos ante situaciones que se nos presentan en la vida:
1.    Arreglo pacífico: le mandó muchos regalos; según un Midrash, todo lo que había ganado por trabajar 6 años (los otros 14 eran para casarse con Rajel) en lo de Labán, porque sabía que todo lo que venía de un Rashá como Labán no era bueno y no quería que fuera suyo. Cuando estamos nosotros ante un problema, lo primero que hay que hacer es intentar resolverlo a través de la conversación.
2.    Tefilá: Yaakov dijo “Katonti mikol hajasadim”, “no soy meritorio de todas las bondades que me hace Hashem”. Así, aceptaba que su victoria estaba 100% a manos de Hashem.
3.    Guerra: Yaakov se alistó para la batalla dividiendo a su familia en dos grupos, así, si uno era atrapado, el otro se podría escapar. Si no se puede evitar un problema, hay que estar preparado, por ejemplo, estudiando, juntando méritos, haciendo el esfuerzo físico, etc.
Yaakov se había olvidado unas vasijas del otro lado del río, así que lo cruzó (esto nos demuestra el valor que le tenemos que dar a cada cosa, sin importar su valor, ya que estaríamos despreciando lo que Hashem nos da) y allí se encontró con el ángel de Esav. Lucharon toda la noche, le dislocó la cadera y la pelea finalizó cuando se hizo de día y el Malaj (ángel) debía alabar a Hashem por primera vez en su existencia. Yaakov le pidió que lo bendijera, pero no quería. Antes de volver al cielo, le cambió el nombre por Israel, que significa “quien luchó con ángeles y humanos y ganó”.
Los Malajim no tienen el derecho de alabar a Hashem cuando quieren. Algunos, una vez al día. Otros, una vez cada semana, mes, año o… una vez en toda su existencia. Ellos saben el inmenso honor que es poder alabarLo, así que no pierden bajo ningún costo la oportunidad. En cambio, nosotros podemos todo el día hacer Tefilá, pero desgraciadamente no aprovechamos la oportunidad. Es común que se nos pase el horario de Shajarit o que nos olvidemos de leer los perakim de Tehilim diarios.
Yaakov salió a recibir a Esav y se le inclinó 7 veces. En respuesta, su hermano lo abrazó y besó, con intención de morderlo, pero no pudo hacerlo debido a que su cuello se tornó mármol.
De allí, se fueron a vivir a Sukot, lugar llamado así porque Yaakov había construido ahí para él y su familia casas y para sus bienes, sukot (cabañas). Esto nos da un importante mensaje para nuestra vida: las cosas esenciales (la familia, la Torá, etc.), hay que protegerlas muy bien, siendo lo primordial. En cambio, las cosas materiales, hay que protegerlas lo suficiente para que no se considere que seamos descuidados, pero no invertir todas nuestras fuerzas en ello, descuidando lo principal.
Luego, fueron a Shejem, en Eretz Knaan. A Diná, la hija de Lea, le llamó la atención un espectáculo se la calle y salió sin avisar a verlo. El hijo del rey, Shejem, la raptó para tomarla como esposa. Luego, el padre de Shejem, Jamor, fue a hablar con Yaakov para pedirle permiso para la unión, pero los hijos de Yaakov le dijeron que no tenían Brit Milá y no se podía casar con ellos. Por ello, todos los del lugar, se hicieron el Brit. Leví y Shimón al tercer día de la circuncisión, el punto de mayor debilidad tras el Brit Milá, los mataron a todos. Esto estuvo mal ya que se los consideraba Iehudim. En total fueron 24.000 los asesinados.
En el camino de vuelta, nació Biniamín de Rajel, pero la madre murió en Bet Lejem y fue enterrada allí para que en un futuro, cuando fueran exiliados, puedan ir a su tumba y rezar en su mérito. Cuando estaba por fallecer, Rajel lo había llamado Ben Oní, hijo de mi sufrimiento, pero Yaakov le cambia el nombre a Biniamín.

Itzjak pudo llegar a ver a sus nietos por unos 21 años y falleció a los 180.