A Abraham Avinu no le importaba
haberse hecho el Brit Milá hacía tan solo tres días, quería recibir invitados,
por lo que primero envió a su sirviente Eliezer y luego fue corriendo él mismo
a buscar personas. Hashem, para que no salga nadie y que Abraham se recupere,
hizo que haga muchísimo calor.
Igualmente al ver las ganas de
Abraham se cumplir esta gran mitzvá, primero, fue Él a visitarlo y luego envió
a tres Malajim (ángeles). En el pasuk no dice que Abraham vio tres ángeles,
sino tres hombres para demostrarnos que él no los recibía a pesar de su dolor
por ser Malajim, sino por ser personas. También, porque en su casa, era tan
normal ver ángeles, como seres humanos.
Los Malajim sólo pueden tener una
función, por lo que Hashem mandó a:
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Rafael: para curar a Abraham de los dolores del Brit
Milá y salvar a Lot y su familia de la destrucción (salvar y curar es una única
función)
·
Mijael: para dar la noticia del embarazo de Sará y del
nacimiento de Itzjak un año después
·
Gabriel: destruir Sdom y las ciudades que la rodeaban
Abraham les dijo que les daría pan,
agua para beber y lavarse los pies y sombra para dormir, mas les preparó un
banquete digno de reyes con leche, manteca, Matzot (era Pesaj) y carne de tres
terneritos.
La tierra de Sdom y sus ciudades
vecinas (Amorá, Adma, Tzvoim y Tzoar (la cual no fue destruida con las primeras
para que Lot pudiera ir a allí) mereció su duro castigo ya que como eran tan
ricos por tener las tierras más fértiles del mundo y que cada vez que extraían
un fruto del piso, también tomaban oro, creían que no necesitaban comportarse
como Hashem requería para vivir bien. Sus leyes eran:
·
Cualquier visitante puede ser atacado y sacado de sus
pertenencias
·
Cuando alguien dejaba el país, debía hacerlo sin
dinero
·
El que ayudaba a alguien, debía ser asesinado
·
Si se invitaba a extraños a un casamiento, al
anfitrión se le sacaban sus ropas
Abraham rezó por estas ciudades y
por su sobrino Lot (sin la tefilá de su tío, no hubiera sido salvado), diciendo
a Hashem: “si hubieran 50 justos allí, las destruirías… si hubieran 45…
40…30…20…10” Pero siquiera había un minian (10 personas) justas, así que dejó
de pedir.
A Lot no le importaban las leyes de
su país y deseaba invitar gente, por lo que merodeaba por las calles en las
noches. Cuando Gabriel y Rafael se disponían a destruir la ciudad, él los
invitó a su casa. Otra explicación es que estaba durante esa noche en el portón
de la ciudad ya que los jueces como él permanecían allí y en el Pasuk figura
que los vio como Malajim (y no personas como Abraham), lo que nos viene a decir
que si no fuera por ser ángeles, no los hubiera recibido.
La esposa de Lot no era malvada,
así que al ver a los invitados de su esposo, le pidió sal a un vecino
diciéndole que tenía invitados, así mataban a su esposo por estar en contra de
la ley del país. A los pocos minutos, todos ya sabían sobre el “terrible acto”
de Lot, por lo que sitiaron la casa. Para que se vayan, Lot les ofrece a sus
hijas (y no a él mismo como hubiera hecho un Tzadik) para que hagan con ellas
lo que quieran, pero los ángeles lo llevaron de vuelta a su casa.
Al amanecer, Rafael lo tomó
sacándolo a él con dos de sus hijas (tenía cuatro, pero las otras dos estaban
casadas y sus esposos no creían que serían destruidos) y su esposa. Les ordenó
que no miraran hacia atrás ya que la Shejiná de Hashem estaba allí y también
porque si no fuera por los rezos de Abraham, no se hubieran salvado.
Abraham se mudó a Grar, una ciudad
filistea. Allí sucedió lo mismo que en Egipto, Avimelej, el rey, tomó a Sará.
Este soñó que Hashem le decía que vuelva en Teshuvá y pida perdón a Abraham y
así hizo y le dio varios regalos, incluyendo a su propia hija (como hizo Paró
con Hagar). Hicieron un tratado que decía que por tres generaciones, sus
descendientes no se atacarían mutuamente.
El quince de Nisán, Sará tuvo a
Itzjak a los 90 años. Todo el mundo fue bendecido por su nacimiento: los ciegos
pudieron ver, los rengos caminaron… Nadie podía decir que lo habían adoptado o
era hijo de otra persona ya que Itzjak era igual a Abraham.
Ishmael se puso celoso de su hermanito
nuevo ya que sabía que a pesar de ser él el primogénito, Itzjak continuaría el linaje
de su padre. Por ello, se desvió del camino de la Torá y comenzó a servir
ídolos, a cazar y robar. Al ver esto, Sará pidió a su esposo que lo echara junto
a Hagar y así hizo Abraham ya que Hashem le había dicho que haga todo lo que le
diga Sará.
A los 37 años de Itzjak, Hashem le
ordenó a Abraham que hiciera de su hijo un Korbán. Abraham fue a donde Hashem
le indicó (donde luego sería el Beit HaMikdash) y cuando lo estaba por matar,
una voz del cielo exclamó que no lo haga y en vez, haga Korbán de un carnero
que pasó por allí.