domingo, 21 de junio de 2015

Perashat Jukat

Cualquier persona que tocaba un muerto, quedaba impuro (tamé) y no podía entrar al campamento de la Shejiná, donde estaba el Mishkán. Para purificarlo, tenía que quemarse una vaca totalmente roja, sin ningún defecto y que nunca hubiera trabajado y con sus cenizas mezcladas con agua, rociarlo el tercer y séptimo día desde que se impurificó. El séptimo día al anochecer, se tenía que sumergir en una Mikve, y se tornaba puro. Toda persona que tenía contacto con las cenizas de la vaca roja (para adumá), se volvía impura y tenía que sumergirse en la Mikve al anochecer.
Los Iehudim ya estaban en su año número 40 en el desierto (la Tora omite unos 32 años). El 10 de Nisan Hashem (no el Ángel de la Muerte), tomó el alma de Miriam cuando tenía 125 años. Los Iehudim tendrían que haber llorado por ella, pero solo lo hicieron sus hermanos, Moshé y Aharón. En lo que no tardaron, es en quejarse por el agua, que al morir Miriam, la fuente en su mérito se secó.
Hashem le dijo a Moshé que le hablara a una roca, y  fluiría agua. Moshé dudo qué piedra era la correcta, el pueblo lo apuraró, se desesperó y le pegó. Esto estuvo mal, y Hashem se enojó mucho con Moshé y Aarón. De castigo, murieron en el desierto. De este acto, lo que más hizo encolerizar a Hashem fue que rebajó Su milagro, ya que no es tan magnífico que salga agua de una piedra después de golpearla (como ya había hecho) que luego de hablarle. Se puede comparar a un padre cuando educa a sus hijos. Si les pega, seguramente se van a portar bien, pero sin ganas, por el contrario de si los convence con voz tranquila.
Los judíos acamparon al pie de Or HaHar. Hashem le dijo a Moshé, que avisara su hermano Aharón, que moriría en la cima de ese monte. Así fue como hizo, fueron con Elazar (hijo de Aharón), y vieron una cueva, con una cama y una vela. Aharón se acostó y Moshé le fue sacando las prendas de Cohen Gadol, mientras se las ponía su sobrino. Cada parte que le sacaban la ropa, una nube de gloria, la tapaba, hasta que fue cubierto totalmente y Hashem tomo su alma.

Los Amalekim, disfrazados de Knaanim para que los Iehudim hicieran Tefilá para que se fuera otro pueblo, aprovecharon el momento y los atacaron, pero perdieron.

domingo, 14 de junio de 2015

Perashat Koraj

Koraj, de la tribu de Leví, primo de Moshé y Aharón, muy rico (Yosef escondió tres tesoros, uno lo encontró Koraj, otro Antoninus y el tercero será para los Tzadikim en tiempos del Mashiaj), no estaba conforme con su parte, quería tener el puesto de Moshé, Aharón, ser jefe de alguna tribu, a pesar de que se encargaba de cargar los objetos más santos del Mishkán. Su esposa fue la que hizo que creciera su orgullo. De acá aprendemos que siempre hay que tener una buena mujer.
Koraj hizo una gran fiesta, y a sus invitados empezó a hablarles mal de Moshé y a hacer que la Torá pareciera ridícula. Era un hombre muy inteligente, pero su arrogancia provocó que no creyera en la verdad.
Moshé les dijo a las 250 personas de la reunión que si creían que podían ser mejores que lo que ya eran, leviim (siendo cohanim), que hicieran el Ketoret. Todos ellos aceptaron menos Ehud ben Pélet, que, a diferencia de Koraj, su mujer lo había incitado a que abandonase los malos caminos. Dicen que ella cada vez que los hombres de Koraj venían a buscar a su marido, se ponía detrás de la cortina y hacía como si se peinaba el pelo (por la sombra parecía que no tenía la cabeza cubierta, como una mujer casada). En consecuencia, para no ver a una mujer sin Tzeniut, los hombres se alejaban. Esto nos demuestra que no eran pecadores sino que tenían aspecto y conducta en general buena.
El día siguiente, se reunió todo el pueblo en el Mishkán. Hashem pidió que se alejara de las carpas de Koraj, Datan y Aviram (reshaim). Moshé les insistió una vez más a que hicieran Teshuvá, pero no le hicieron caso. Hashem hizo que Koraj y sus seguidores fueran quemados. Koraj, Datan, Aviram y sus familias, fueron tragados por la tierra con todas sus pertenencias y familias, yendo directamente al infierno. Los seguidores no fueron llevados al pozo. Koraj recibió ambos castigos: ser quemado y tragado por la tierra.
Los hijos de Koraj, al principio seguían a su padre, pero después se dieron cuenta de su error, e hicieron Teshuvá. Cuando estaban por ser tragados, Hashem los salvo. Siempre se puede volver al camino correcto. Compusieron varios perakim de Tehilim. De ellos salió Shemuel HaNabí.
Elazar, el hijo de Aharón, fundió los braseros que habían usado para llevar el Ketoret para recubrir el mizbeaj como advertencia a quienes quisieran hacer un korbán sin permiso.
Un grupo de Iehudim protestaron contra Moshé y Aharón por la muerte del grupo de Koraj y Hashem mandó una plaga donde murieron 14.700 personas. Aharón para frenarla hizo el Ketoret (el ángel de la muerte le había enseñado a Moshé cuando estuvo por 40 días en el cielo que este frena la muerte).
Para demostrar que Aharón era el Cohén Gadol elegido por Hashem, Él ordenó que cada jefe de tribu pusiera un bastón delante del Arón. El de Aharón estaba en el medio para que no dijeran que la cercanía a la Kedushá del Arón influyó. Al día siguiente, lo encontraron florecido y con almendras (la fruta que más rápido crece).

Hashem les dijoa los Cohanim que recibirán siempre 24 regalos. Hashem les da el honor, como “paga” de su trabajo en el Mishkán. El Iehudí que los da, es bendecido con riqueza.

miércoles, 10 de junio de 2015

domingo, 7 de junio de 2015

Perashat Shelaj Lejá

Estaban en la entrada de Eretz Israel (no habían sido aún decretados los 40 años en el desierto), y los Iehudim pidieron mandar espías a ver la tierra. Moshé le pregunto a Hashem qué hacer y le respondió que no le gustaba mucho la idea, pero que hicieran lo que quisiesen. Por esto le dijo Shelaj LEJÁ (enviá para vos-Moshé-, no porque Yo-Hashem-te lo haya dicho). Moshé eligió a los mejores hombres, los presidentes de las tribus, menos Leví. Uno de ellos era Hoshea, a quien Moshé le cambio el nombre a Iehoshúa (agregándole una Iud, la Iud que había sido sacada de Sarai (Sarah)), que significa “que Hashem te salve”.
Una de las cosas que tenían que ver es “si había árboles (etz) en la tierra”, lo que explican nuestros jajamim con que hace referencia a los Tzadikim: ¿hay algún Tzadik que por su mérito no sea matado? Hay quienes dicen que el Tzadik al que hace referencia es Yov, quien era de Utz (misma raíz que etz).
Los espías empezaron por el sur sin disfraz ni escondiéndose, ya que Hashem hizo el milagro de que por donde pasaban, moría una persona importante, y por su tristeza, no les prestaban atención.  Veían que la parte menos fértil era mucho más productiva que la mejor de Egipto.
A pesar de ello, no querían dar un buen informe de la tierra, porque temían luchar contra los pueblos que la habitaban. Otra explicación es que sabían que cuando llegaran a la tierra prometida, perderían sus estatus de presidentes.
Todos pensaban así menos Kalev (el de Iehuda) y Iehoshúa (Efraim). Kalev no decía nada, en cambio Iehoshúa sí (en contra). Kalev, en vez de estar con los demás, fue a hacer Tefilá a Meharat HaMajpelá (donde están enterrados Adam y Javá y los Abot), en Jebrón, donde hizo Tefilá para no ser persuadido a actuar como los demás. Esta ciudad cuando la tierra fue dividida le fue dada a él (en tiempos de Iehoshúa como líder).
Los espías tomaron de Israel un racimo de uvas tan grande que debía ser cargado de a ocho, granadas e higos.
Al volver al campamento, el 8 de Av, empezaron hablando bien, diciendo que “mana leche y miel” y recién después dijeron cosas malas (o buenas vistas con malos ojos), como que los frutos son enormes así que solo pueden vivir gigantes, que su tierra se “come” a sus habitantes (no se dieron cuenta de que moría tanta gente sólo por su seguridad), que las ciudades están fortificadas (en verdad, eso demuestra la debilidad de la población, porque si fueran fuertes no necesitarían de escudos)… Primero hablaron verdades y luego mentiras porque para que algo sea creíble debe contener una base de verdad.
Después Kalev (que había ocultado su oposición) dijo que Hashem los ayudaría a vencer, pero no le hicieron caso. No figura que Iehoshúa haya dicho algo para frenar al pueblo como Kalev ya que nadie lo escucharía, era obvio que él iba a estar del lado de la Nebuá de su maestro Moshé (que entraremos a la Tierra), más aun siendo su alumno preferido.
La noche que dijeron estas palabras era el 9 de Av (Tishá VeAb), todos, desde niños hasta los ancianos, lloraron.  Hashem dijo que ese día sería siempre una fecha triste, en la cual que ocurrieron muchos hechos trágicos a lo largo de la historia:
1.    Los Iehudim de esa época entre 20 y 60 años, no entraron a Israel, cada año, morían muchos (unos 15.000 (600.000 personas dividido 40 años)).
2.    Destrucción del Primer Beit HaMikdash por los babilonios comandados por Nevujadnetzar (Nabucodonosor)
3.    Destrucción del Segundo Beit HaMikdash por los romanos comandados por Titus (terminó el 10 de Av)
4.    Bar Kojba (persona que decía ser el Mashiaj) fracasó y por ello, murieron muchas personas, como Rabí Akiva y sus miles de seguidores
5.    Quema de Beitar (ciudad con muchos Talmidé Jajamim)
Hashem estaba muy enojado, pero Moshé hizo tefilá y Hashem dijo que tendrían que estar 40 años en el desierto, uno por cada día que espiaron la Tierra. En ese tiempo, todo hombre que cumplía 60, el 9 de Av, moría (en vez de morir todos juntos, lo que los goim podrían interpretar como que Hashem, jas veshalom, no tiene fuerza para cargar con un pueblo o que los knaanim son más fuertes que Él). Todos, menos la tribu de Leví, Kalev y Iehoshúa.
Al final, los Bené Israel hicieron Teshuvá. Para alegrarlos, Moshé les enseñó Mitzvot como Hafrashat Jalá (cuando uno hace cualquier masa que supere cierta cantidad de harina (varía según la opinión) se separa una parte, se dice una berajá y se quema) y Tzitzit (aquel que cumple está Mitzvá, es como si cumpliera todas las demás. Esto lo vemos en que la guematria de Tzitzit es 600+8 hijos+5 nudos que se hace en cada uno=613 Mitzvot).
Un grupo fue a luchar contra Amalek por más que Moshé les dijo que no tendrían éxito y perdieron.

Un Shabat, se vio a un Iehudí (Tzelofjad, sus hijas aparecen más adelante en sefer Bamidbar) recolectando leña (acto prohibido), se lo puso en prisión porque no sabían que hacer y Hashem dijo que debería ser matado. Explican que él lo había hecho con buenas intenciones: la gente al ver el castigo de un pecador, no haría averot.