Estaban
en la entrada de Eretz Israel (no habían sido aún decretados los 40 años en el
desierto), y los Iehudim pidieron mandar espías a ver la tierra. Moshé le
pregunto a Hashem qué hacer y le respondió que no le gustaba mucho la idea,
pero que hicieran lo que quisiesen. Por esto le dijo Shelaj LEJÁ (enviá para
vos-Moshé-, no porque Yo-Hashem-te lo haya dicho). Moshé eligió a los mejores
hombres, los presidentes de las tribus, menos Leví. Uno de ellos era Hoshea, a
quien Moshé le cambio el nombre a Iehoshúa (agregándole una Iud, la Iud que
había sido sacada de Sarai (Sarah)), que significa “que Hashem te salve”.
Una
de las cosas que tenían que ver es “si había árboles (etz) en la tierra”, lo
que explican nuestros jajamim con que hace referencia a los Tzadikim: ¿hay
algún Tzadik que por su mérito no sea matado? Hay quienes dicen que el Tzadik
al que hace referencia es Yov, quien era de Utz (misma raíz que etz).
Los
espías empezaron por el sur sin disfraz ni escondiéndose, ya que Hashem hizo el
milagro de que por donde pasaban, moría una persona importante, y por su
tristeza, no les prestaban atención. Veían
que la parte menos fértil era mucho más productiva que la mejor de Egipto.
A
pesar de ello, no querían dar un buen informe de la tierra, porque temían
luchar contra los pueblos que la habitaban. Otra explicación es que sabían que
cuando llegaran a la tierra prometida, perderían sus estatus de presidentes.
Todos
pensaban así menos Kalev (el de Iehuda) y Iehoshúa (Efraim). Kalev no decía
nada, en cambio Iehoshúa sí (en contra). Kalev, en vez de estar con los demás,
fue a hacer Tefilá a Meharat HaMajpelá (donde están enterrados Adam y Javá y
los Abot), en Jebrón, donde hizo Tefilá para no ser persuadido a actuar como
los demás. Esta ciudad cuando la tierra fue dividida le fue dada a él (en
tiempos de Iehoshúa como líder).
Los
espías tomaron de Israel un racimo de uvas tan grande que debía ser cargado de
a ocho, granadas e higos.
Al
volver al campamento, el 8 de Av, empezaron hablando bien, diciendo que “mana
leche y miel” y recién después dijeron cosas malas (o buenas vistas con malos
ojos), como que los frutos son enormes así que solo pueden vivir gigantes, que su
tierra se “come” a sus habitantes (no se dieron cuenta de que moría tanta gente
sólo por su seguridad), que las ciudades están fortificadas (en verdad, eso
demuestra la debilidad de la población, porque si fueran fuertes no
necesitarían de escudos)… Primero hablaron verdades y luego mentiras porque para
que algo sea creíble debe contener una base de verdad.
Después
Kalev (que había ocultado su oposición) dijo que Hashem los ayudaría a vencer,
pero no le hicieron caso. No figura que Iehoshúa haya dicho algo para frenar al
pueblo como Kalev ya que nadie lo escucharía, era obvio que él iba a estar del
lado de la Nebuá de su maestro Moshé (que entraremos a la Tierra), más aun
siendo su alumno preferido.
La
noche que dijeron estas palabras era el 9 de Av (Tishá VeAb), todos, desde
niños hasta los ancianos, lloraron.
Hashem dijo que ese día sería siempre una fecha triste, en la cual que
ocurrieron muchos hechos trágicos a lo largo de la historia:
1. Los Iehudim de esa época entre 20 y 60
años, no entraron a Israel, cada año, morían muchos (unos 15.000 (600.000
personas dividido 40 años)).
2. Destrucción del
Primer Beit HaMikdash por los babilonios comandados por Nevujadnetzar
(Nabucodonosor)
3. Destrucción del
Segundo Beit HaMikdash por los romanos comandados por Titus (terminó el 10 de
Av)
4. Bar Kojba
(persona que decía ser el Mashiaj) fracasó y por ello, murieron muchas
personas, como Rabí Akiva y sus miles de seguidores
5.
Quema de Beitar (ciudad con muchos Talmidé Jajamim)
Hashem
estaba muy enojado, pero Moshé hizo tefilá y Hashem dijo que tendrían que estar
40 años en el desierto, uno por cada día que espiaron la Tierra. En ese tiempo,
todo hombre que cumplía 60, el 9 de Av, moría (en vez de morir todos juntos, lo
que los goim podrían interpretar como que Hashem, jas veshalom, no tiene fuerza
para cargar con un pueblo o que los knaanim son más fuertes que Él). Todos,
menos la tribu de Leví, Kalev y Iehoshúa.
Al
final, los Bené Israel hicieron Teshuvá. Para alegrarlos, Moshé les enseñó Mitzvot
como Hafrashat Jalá (cuando uno hace cualquier masa que supere cierta cantidad
de harina (varía según la opinión) se separa una parte, se dice una berajá y se
quema) y Tzitzit (aquel que cumple está Mitzvá, es como si cumpliera todas las
demás. Esto lo vemos en que la guematria de Tzitzit es 600+8 hijos+5 nudos que
se hace en cada uno=613 Mitzvot).
Un
grupo fue a luchar contra Amalek por más que Moshé les dijo que no tendrían
éxito y perdieron.
Un
Shabat, se vio a un Iehudí (Tzelofjad, sus hijas aparecen más adelante en sefer
Bamidbar) recolectando leña (acto prohibido), se lo puso en prisión porque no
sabían que hacer y Hashem dijo que debería ser matado. Explican que él lo había
hecho con buenas intenciones: la gente al ver el castigo de un pecador, no
haría averot.