domingo, 25 de noviembre de 2012

Perashat Vaishlaj


Yaakov no se había encontrado con su hermano Esav hacía ya 20 años; y no sabía si lo había perdonado; por lo tanto, mandó mensajeros a los cuales instruyó palabra por palabra de lo que deberían comunicar. Volvieron diciendo que Esav se aproximaba con un vasto ejército de 400 generales con cada uno 400 soldados.
Hashem le había prometido que lo protegería, pero temía de que su familia haya pecado o que los méritos de Esav por los 20 años que pudo cumplir con la Mitzvá de honrar a los padres lo hagan ganar. Por ello, se preparó para la batalla de tres maneras:
1.     Tefilá
2.     Caros regalos para Esav
3.     Alistamiento para la batalla: se dividirían en grupos, así, si uno lucha, el otro se puede escapar
Así nosotros nos tenemos que también preparar para un emprendimiento: rezar, alegrar al otro (gobernante, enemigo…) con regalos y también hacer nuestra parte (“alistarnos”).
Yaakov se había olvidado de unas vasijas del otro lado del río, así que lo cruzó y allí se encontró con alguien, quien finalmente Yaakov se dio cuenta de que era el ángel de Esav. Lucharon toda la noche, le dislocaron el muslo, pero la pelea finalizó cuando se hizo de día y el malaj (ángel) debía alabar a Hashem. Yaakov le pidió que lo bendiga, pero este no quería. Antes de volver al cielo, le cambió el nombre por Israel, que significa “quien luchó con ángeles y humanos y ganó”.
Yaakov salió a recibir a Esav, delante de quien se inclinó 7 veces. En respuesta, su hermano lo abrazó y besó, realmente, queriendo morderlo, pero no pudo hacerlo debido a que su cuello se volvió mármol.
A Diná, la hija de Lea, le llamó la atención  un espectáculo se la calle y salió sin avisar a verlo. El rey Shjem la raptó para tomarla como esposa. Luego, el padre de Shem va a hablar con Yaakov para pedirle permiso para la unión, pero le dijo que no tenían Brit Milá y no se podía casar con ellos. Por ello, todos los del lugar, se hicieron el Brit. Leví y Shimón seguían enojados y al tercer día de la circuncisión, los mataron a todos. Esto estuvo mal ya que se los consideraban Iehudim.
En el camino de vuelta, nace Biniamín de Rajel, pero la madre muere y es enterrada allí para que en un futuro, cuando sean exiliados, puedan ir a su tumba y rezar en su mérito.
Itzjak pudo llegar a ver a sus nietos por unos 21 años y fallece a los 180.

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