Esta perashá dice que los Cohanim todas las mañanas sacaban
una parte de las cenizas que quedaban de los Korbanot en el Mizbeaj, las ponían
en el piso y milagrosamente, se las tragaba. Esto era para darle humildad al Cohén,
ya que esta no es una tarea honrosa, más bien simple, así le demostraba que
eran solo sirvientes de Hashem y que sin Su ayuda, siquiera podían limpiar el
lugar.
También se les ordenó que siempre el fuego del Mizbeaj este
prendido, día y noche. Si lo extinguían, era una averá, empero, nunca sucedió
ya que Hashem hacía un milagro de que nunca se apagara, por más que llueva.
Habla un poco más de Korbán Minjá (el de harina): Lo que
coman los Cohanim y lo que es quemado no puede ser Jametz y solo puede ser
comido en el patio del Mishkán. Cuando un Cohén (o Cohén Gadol) estaba listo
para trabajar en el Beit HaMikdash o Mishkán, tenía que hacer un Korbán Minjá
el cual era quemado íntegramente a diferencia del común. Esto solo hacía falta
hacerlo una vez en su vida. El Cohén Gadol todos los días hacia un Korbán Minjá,
la mitad de la masa era quemada a la mañana y la otra a la tarde.
También, agrega cosas del Korbán Jatat (traído por hacer
averot sin querer que merezcan pena de muerte). Este era hecho en el mismo
lugar que el Korbán Olá (dado voluntariamente a Hashem), así la persona que lo traía,
no se avergonzaba.
A su vez, el Korbán Shelamim, puede ser de agradecimiento por
cualquier peligro del que uno fue salvado, pero principalmente, por estar muy
enfermo y recuperarse, cruzar un desierto, cruzar el océano o salir de la
cárcel. Este se hace trayendo un buey, chivo o cordero, una parte es ofrendada
y otra se la lleva el que trae el Korbán. También debe llevar 40 hogazas de
pan, de las cuales 10 jametz. Después se lleva la carne y las 40 hogazas. Estas
las tiene que comer ese mismo día, como son muchas, se hace una seudat odaiá
(de agradecimiento) invitando a todos sus familiares y amigos, y cuando le
preguntan porque lo hace, les contara el milagro que paso y así los incentivará
a cumplir la Torá y sus Mitzvot.
Nos está prohibido comer sangre, por ello la carne es
sumergida en agua y sal. Actualmente, esto no lo hacemos nosotros, sino que el
carnicero. Tampoco se pueden comer unas grasas llamadas jelev, sacadas por una
persona experimentada.
Después de estudiar todo esto, nos podemos preguntar, ¿Para qué
lo estudiamos si no tenemos un Beit HaMikdash con nosotros? ¿De qué nos sirve?
Al estudiar este tema, estamos demostrando y creyendo fervientemente que pronto
sí podremos hacer korbanot, con la llegada del Mashiaj.
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