Perashat Metzorá (Taor)
Si uno se fija en un Jumash o Tanaj,
la Perashá figura como Taor (puro), pero es llamada habitualmente Metzorá
(impuro) a pesar de ser contrarios. ¿Por qué será? La Tora siempre usa
vocabulario lindo y una Perashá no se va a llamar impuro (algo no bueno).
Justamente esta perashá habla de cuidar nuestras palabras y nuestra manera de
hablar.
Esta Perashá empieza hablando del Lashón Hará. Es decir,
comentarios malos de otra persona, aun en lo más mínimo. Antes era castigado
con lepra desde el cielo. Hablarlo es tan grave como hacer adulterio, idolatría
o asesinato. Es así por varios motivos:
·
Es muy difícil hacer Teshuvá, ya que hay que pedirle
perdón a todos los involucrados, desde el que escuchó hasta del que estaba
referida.
·
Es una Averá que se hace constantemente, ya que
provoca que otros esparzan el mal comentario.
·
Por evitar que se viva en paz. Si alguien escucha algo
malo de otra persona, no la trata muy bien.
También a veces Hashem traía Tzaraat (como vimos en la Perashá
anterior, Taztria) al cuerpo, a la casa. Podía ser por varias causas:
א.
Por avaricia. Si uno se negaba dar algo apropósito, en
las paredes salían manchas blancas. La casa estaba clausurada. Si volvían a
salir, era demolida.
ב.
Como advertencia. Quizá ese judío merecía que en su
cuerpo haya Tzaraat, pero Hashem le daba una oportunidad.
ג.
Algunas casas no las construyeron los Iehudim, sino
que Goim para sus ídolos. Estas casas se llenaban de Tzaraat y eran demolidas.
ד.
Como recompensa: los Goim cuando veían judíos viniendo
a echarlos, escondían detrás de las paredes sus riquezas. La mancha aparecía en
el lugar exacto que estaba
Un Iehudí que veía manchas rojas o verdes en su casa debía
llamar al Cohén. Si decía que era Tzaraat, tenía que sacar sus bienes a la
calle. Si era por no prestar algo que venía el castigo, todos veían que lo tenía
y se avergonzaba.
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