Hay una gran Mitzvá en Eretz Israel, en época del Beit
HaMikdash, llamada Bikurim: cuando había un fruto maduro de cada uno de los de
siete de Israel (higos, uvas, trigo, cebada, dátil, aceituna y granada), había
que llevarlos al Beit HaMikdash, de ser posible en grupos, en una canasta bella
y al frente un buey cuyos cuernos estaban bañados en oro con un collar de
olivo (el cual sería utilizado para
hacer un Korbán). Para distinguir cuál creció primero, se le ataba una cuerda
roja y si maduraban varios frutos al mismo tiempo, alcanzaba con llevar uno
solo. Podían ser llevados entre Shabuot y Januca, todos los años menos el de
Shemitá. Cuando ya estaban en el Beit HaMikdash, junto a un Cohén, se agitaba
la canasta en todas las direcciones y se leía Perashat Bikurim.
Hashem le pide a Moshé que sobre doce piedras, grabe la Torá y
las erija en los llanos de Moav.
También ordena que el día que entrasen a Israel, se colocarán
en Har (Montaña) Gerizim y Har Eival, seis shevatim en cada una; y los Zekenim,
Cohanim, Leviim y el Arón, en el valle, quienes cuando miren a Har Guerim dirán
brajot (bendiciones) y a Eival maldiciones (once bendiciones y once
maldiciones) y los Iehudim responderán Amen. Algunos ejemplos:
v “Bendito el que
no hace imágenes en secreto” (maldito lo contrario)
v “Bendito el que
respeta a los padres”
v “Bendito el que
cumple la Torá”
v Otras más que
Hashem y Moshé sabrían que los Iehudim no cumplirían.
Algunas las brajot eran que tengamos comida y vencer a los
enemigos; y maldiciones, que los cultivos no sean fructíferos, hayan
enfermedades, no haya lluvia y que habrá guerra y secuestros.
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