domingo, 16 de noviembre de 2014

Perashat Toledot

Rivká por fin, luego de muchos años, estaba embarazada. Estaban muy felices, pero ella sentía grandes dolores. Le llamaba la atención que le pateaban la panza tanto cuando pasaba por un lugar de Avodá Zará como cuando por un lugar Kadosh. Por ello, fue a visitar al profeta de Hashem, Shem el hijo de Noaj. Este le dijo que tendría mellizos, que se peleaban dentro de ella, ya que el mayor (Esav) luego serviría al menor (Yaakov), y no quería. Además, allí los bebés hicieron el trato que Yaakov se quedaría con lo espiritual y Esav, con lo material. Cuando nacieron, Esav era peludo y rojo y Yaakov salió agarrado de su talón (ekev), por ello su nombre.
Cuando crecieron, Itzjak los mandó a estudiar a la Ieshivá. Mientras Yaakov disfrutaba, Esav contradecía todo lo que le decían, se escapaba a cazar, simulaba cumplir Mitzvot pero, realmente, no hacía nada. Lo que podemos aprender de él es cómo honraba a su padre: siempre le daba los mejores cortes de carne, en persona, vestido con sus mejores ropas y no hacía averot frente a él.
Un día, cuando tenían 15 años, Esav había vuelto de cazar con mucho hambre. Mientras, Yaakov cocinaba lentejas, ya que estaban de duelo por la muerte de Abraham. Esav, al ver la comida, le exige a su hermano que se la dé. Yaakov le pide a cambio su primogenitura y Esav acepta. De aquí el otro nombre de Esav (Edom): le exigió a su hermano “dame de esa sopa roja (Adom)”.
Como había hambruna, Itzjak quería ir a Egipto como su padre, pero Hashem no lo dejó, porque estaba en un nivel muy elevado para ir a un lugar tan impuro como Egipto. Por ello, fueron a la tierra de los Pelishtim. Itzjak fingió, como había hecho su padre, que Rivká era su hermana, para que no lo mataran si se quisieran casar con ella. Avimelej (no es el mismo que en la época de Abraham y Sará. Todos los reyes pelishtim se llamaban así), el rey, los descubrió, pero no les hizo nada, porque ya conocía la historia de Sará con el rey anterior, es más, los protegió. Itzjak se enriqueció mucho, los sirvientes del rey lo celaron y para que no haya problemas, Avimelej les pidió si se podían ir.
Mientras se estaban yendo, Itzjak pidió a sus sirvientes que caven un pozo, para ver si había agua y así era. Los Pelishtim decían que era suyo, pero cuando se lo apropiaron, se secó.  Cuando le fue devuelto a Itzjak, volvió a salir agua. Este pozo fue llamado Eisek (lucha), ya que lucharon por él.
Itzjak pide que le caven otro pozo más, del cual sale agua y se repite lo mismo que con el anterior (se lo sacan y devuelven). A este lo llamaron Sitna (disturbio) ya que lo molestaron.
Cavan otro más, pero no se repite lo que paso con los anteriores. A este lo llamo Rejovot (alivio, amplitud), ya que por fin lo dejaron de molestar.
Estos tres pozos representaban los tres Baté Mikdash: los primeros dos fueron destruidos, pero el tercero, cuando llegue el Mashiaj (en nuestros días, Amén), nunca será destruido.
Había llegado el momento en el cual Itzjak quería bendecir a Esav, el primogénito. Por ello, le pidió que vaya a cazar algo para comer. Al escuchar esto, Rivká, le dijo a Yaakov que se haga pasar por su hermano, vistiendo pieles para parecer peludo como su hermano. Igualmente, Itzjak no lo vería, ya que era ciego. Ella le cocinó la comida para su esposo.
Al entrar a la habitación de su padre, Yaakov lo saluda cortésmente, no como lo haría su hermano. Itzjak igual, al tocarlo, creyó que era Esav. ¿Cómo no se dio cuenta? Esav sabía que Yaakov se haría pasar por él, y seguramente, también hablaría como él. Por consiguiente, le dijo a su padre que se comportaría como Yaakov. Pero los pensamientos de Esav eran erróneos, Yaakov no se atrevería a hablarle a su padre descortésmente.
Itzjak lo bendice, diciéndole que sus campos den muchos frutos, que todas las naciones lo sirvan y que el que lo maldiga, que sea maldecido y los que lo bendigan, sean bendecidos.
Al entrar Esav a lo de su padre, se da cuenta de que alguien ya había recibido la bendición. Estaba seguro de que había sido su hermano y estaba muy enojado con él. Igualmente, Itzjak lo bendice, diciéndole que vencerá a todos, menos a su hermano mientras se comporte como dice la Torá. Esav estaba muy enojado e interpretó el nombre de Yaakov como “se interpuso (yaakveni) en mi camino”.

Rivká le aconseja a Yaakov que se escape a Jarán, a lo de su hermano Laván, hasta que se calme el odio y enojo de Esav y que se busque una esposa de su familia.

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