miércoles, 11 de marzo de 2015

Perashat Pekudé

Moshé les a los Bené Israel dice, con la presencia de dos testigos (Betzalel y Oholiav) cuánta cantidad de cada material (oro, plata, lana…) habían donado y para qué había sido utilizado así nadie sospecharía que había tomado algo para sí. Esto es un ejemplo para los dirigentes comunitarios, quienes deben mostrar qué se hace con las donaciones para que no haya sospecha alguna de mal uso de los fondos.
Ahora lo único que faltaba terminar de coser eran las prendas de los Cohanim, las cuales fueron hechas a la perfección por Betzalel, Oholiav y sus ayudantes. Los hilos estaban hechos con hebras de distintos colores y oro.
Las tareas relacionadas con el Mishkán fueron terminadas el 25 de Kislev, pero Hashem ordenó que comiencen a armarlo tres meses después, en Rosh Jodesh Nisan. Igualmente, Hashem hizo una festividad el 25 de Kislev, pero recién muchos años después, en tiempos del segundo Beit HaMikdash: Januká (literalmente, inauguración).
Cuando llegó el momento indicado para comenzar el armado, cada vez que un hombre colocaba una viga, esta se caía. Sólo cuando Moshé lo hizo se quedaron en su lugar. Realmente, las piezas se ponían solas, un gran milagro de Hashem. Moshé sólo hizo esta parte de construcción del Mishkán, no le fue permitido nada más.

La palabra Mishkán viene de lishkón, descansar, ya que era el lugar de reposo de la presencia divina. Al principio de la perashá, es llamado Mishkán HaEdut, del testimonio debido a que afirmaba que Hashem había perdonado a los Bené Israel por el pecado del becerro y posaba sobre ellos. Hashem nos promete que si estudiamos sobre el Mishkán y el Beit HaMikdash recibiremos la recompensa de cómo si lo estuviéramos haciendo nosotros mismos.

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