Yaakov se estaba escapando a Jarán. En el camino, estudió día
y noche por 14 años en la Ieshiva de Shem y Ever. Después, pasó por Har HaMoriá
(donde había sido Akedat Itzjak y luego se construyó el Bet HaMikdash), pero se
dio cuenta de que no había parado a hacer Tefilá y volvió. En recompensa,
Hashem le acortó el camino. Rezó y se
quedó dormido sobre 12 piedras. Soñó que ángeles subían y bajaban escaleras del
cielo. Hashem lo bendijo con que la tierra de Israel, donde se encontraba, le
sería dada, su descendencia sería cuantiosa como el polvo, se expandiría con
fuerza por los cuatro puntos cardinales y todos los pueblos benditos por
nosotros.
Sforno explica esta berajá: nosotros somos pisoteados como el
polvo, pero en un futuro nos haremos fuertes (Ufaratzta) y somos los Cohanim de
Hashem, los que alaban a Hashem y por nuestro mérito el mundo se mantiene.
Cuando se levantó, todas las piedras se habían unido en una
sola ya que peleaban por sobre quién apoyaría la cabeza Yaakov. Se dice que
puso las piedras para protegerse de los animales que lo podrían llegar a
atacar. Pero, ¿cuánto lo podrían proteger unas simples piedras? ¿Acaso no lo
podrían atacar en otra parte del cuerpo, no sólo su cabeza? Explican que lo
hizo para poner su esfuerzo en el milagro que Hashem haría para salvarlo. Esto
se compara a una persona con su salud: uno sabe que todo depende de Hashem,
pero igualmente hacemos nuestra parte y vamos al médico. Al “reducir” el
milagro, aumentamos nuestro libre albedrío.
Cuando llegó a Jarán se encontró con Rajel, la hija de Laván,
el hermano de Rivká. Después de un tiempo, le propuso matrimonio. Ella sabía
que su padre era un mentiroso y que le daría a su hermana Lea, así le dio a Yaakov
unas señales para que sepa si era ella. Estas eran las tres Mitzvot especiales
de la mujer: Hadlakat Neirot (velas), Jalá y Nidá (pureza familiar).
Yaakov arregló con Laván que trabajaría para él 7 años por Rajel. El día de la boda llegó y Laván le dio a Lea
en vez de a Rajel. Rajel le había dado las señales a su hermana para que no pasara
vergüenza. Explican que Lea siquiera sabía que Yaakov se quería casar con su hermana
porque Rajel había hecho todo su esfuerzo para que recibiera las señales de
forma indirecta y los regalos que le daba a ella su novio, se los mandaba sin
abrir a Lea. Yaakov habló con Laván y le dijo que trabajara 7 años más por
Rajel (pero que se casara a la semana siguiente) y que le había dado a Lea
primero ya que era la mayor.
Con Lea tuvo 6 hijos y una hija (Reubén, Shimón, Leví, Iehudá,
Isajar, Zevulún y Diná) y con Rajel 2
(Iosef y Biniamín). También se caso con las sirvientas de ambas (Bilhá y Zilpá)
y tuvo 2 hijos con cada una (Dan y Naftalí y Asher y Gad).
Tras trabajar 20 años sufriendo engaño con el sueldo, frío,
calor y cansancio, se escaparon y Rajel se llevó los ídolos de su padre para
que no los usara. Laván se dio cuenta y los siguió. Tuvo un sueño que le decía
que no les hiciera nada y así lo hizo. Les preguntó si las tenían y le
respondieron que no. Igualmente, él las busco. A Yaakov le molesto que haya
desconfiado de él aunque le había
servido muy fielmente por 20 años (7 por Lea, 7 por Rajel y 6 más para poder
quedarse en su casa), así que dijo que el que lo haya hecho, no esté en este
mundo (que muera) y así le pasó a Rajel, falleció al nacer Biniamín. Por eso
nos tenemos que cuidar con nuestra habla.
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