lunes, 20 de abril de 2015

Perashat Tazriá

La Perashá empieza hablando de que a los 8 días del nacimiento de un bebé, se le hace el Brit Milá ¿por qué se lo tienen que hacer de bebé y justo a los 8 días?
·       Los chicos de más grandes podrían negarse a hacérselo, como pasó con Esav, quien al tener la piel rojiza, no se lo hicieron e Itzjak y Rivká esperaron hasta sus 13 años (como Ishmael, que se lo hizo a esa edad), pero él se negó saliendo del núcleo judío.
·       Los bebes no puede negarse y además sanan más rápido, aún más en el octavo día, en el cual la sangre está en un punto ideal (lo dice la ciencia moderna miles de años después de que Hashem se lo dijera a Abraham).
La Torá nos sigue hablando del Tzaraat (“lepra”). Esto es una infección de color blanco en la cual el Cohén debía que decir si realmente era Tzaraat o no. Hay cuatro tipos de blanco distintos y de grados de la enfermedad:
1.    Como la nieve (bien brillante)
2.    Como el yeso de las paredes
3.    Como la lana blanca
4.    Como la parte del interior de la cascara del huevo.
Si eran más oscuras, no era Tzaraat. La persona con una o más manchas blancas en el cuerpo, le pedía al Cohén que lo revise. La mancha tenía que tener, dos pelos blancos o en el centro piel sana. Si así era, padecía de Tzaraat, pero si no, le daba una semana para analizar sus acciones y arrepentirse al ser una enfermedad traída por cometer alguna falla. En el caso de que al cabo del tiempo aparecieran las señales o si se hacía más grande, se declaraba que era leproso, pero si seguía igual, hacía lo mismo que la semana anterior, lo que significaba tener más tiempo para el autoanálisis. Si al pasar la semana se encontraban las marcas, era Metzorá (leproso), pero si no cambiaba, era puro, y no se lo volvía a revisar.
¿Cómo debía comportarse un Metzorá (leproso)?
Debía alejarse de las personas, (en el desierto, salir del campamento y en la época del Beit HaMikdash, afuera de las ciudades amuralladas). Tenía que estar completamente solo, hasta que se fueran los rastros de la enfermedad. Es más, si alguien se le estaba acercando, debía gritar: “¡Estoy Metzorá! ¡No se acerque!” avergonzándose por serlo ya que significaba que había pecado. Cualquier persona que lo tocaba, se tornaba impuro y si estaba en un lugar cerrado, el lugar también.

En algunos casos la ropa blanca de una persona tenía manchas verdes o rojas. Esta el Cohen la guardaba bajo llave por una semana. Si se agrandaban, era impura la prenda y se quemaba. Esto era para advertir primero al Iehudí, para insinuarle a que haga Teshuvá.

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