Esta perashá es de las bendiciones de
Moshé a Am Israel en su último día de vida en este mundo
Para ayudar a que las Berajot se cumplieran, Moshé primero
alababa a Hashem y recién luego decía nuestros méritos. La Perashá comienza
describiendo a Moshé como el hombre de Hashem que bendijo a Bené Israel antes
de su muerte. Esto nos demuestra la humildad de Moshé: Hashem le dijo que en
algún momento debería ser llamado Ish HaElokim (Hombre de Hashem), pero él
siempre lo posponía, hasta que llegó el día de su fallecimiento.
Moshé también bendijo a cada Shevet
en particular:
ü Reubén: Que viva y que no muera. Ellos estaban
especialmente en peligro al vivir fuera de Eretz Israel, pudiendo ser atacados
por los demás pueblos. Asimismo, iban al frente de la guerra. Al parecer la
frase “que vivan y no mueran” es redundante, pero viene a significar “que vivan
en este mundo y en el venidero”
ü Shimón: No fue bendecido ya que hizo idolatría y
pecó con midianitas, su jefe Zimrí, llevó a su carpa a la hija de Balak. De todos
modos, en la Berajá de Iehudá está insinuado: “Escuchá (shemá-misma raíz que
Shimón) la voz de Iehudá”.
ü Iehudá: Moshé sabía que los reyes saldrían de esta
tribu, así que pidió que Hashem escuche las Tefilot de sus monarcas en momentos
difíciles
ü Leví:
En mérito a que no se unieron a los demás cuando pecaban (espías, becerro de
oro, quejas por el Man…), que tengan riquezas (para que puedan estudiar y
enseñar sin preocupaciones) y que sus enemigos sean destruidos.
ü Biniamín: Hashem ama especialmente a esta tribu ya que
Biniamín (el hijo de Iaacov), fue el único que nació dentro de Eretz Israel, no
se involucró en la venta de Iosef, ayudaba a su padre a caminar cuando ya era
mayor y nunca pecó. Por ello, el Beit HaMikdash fue construido en sus tierras.
ü Iosef (Menashé y Efraim): Sus tierras serán las mejores, las más fértiles,
con más agua… Iehoshúa, el sucesor de Moshé, era de Efraim y Guidón, un juez,
de Menashé.
ü Zebulún e Isajar: Ellos hacían un trato: mientras que Zebulún
trabajaba, Isajar estudiaba todo el día; después, compartían todo (riqueza de
Zebulún y mérito de estudiar Torá de Isajar). Fueron bendecidos con abundancia
en encontrar piedras preciosas y peces caros, entre otras cosas, así ambos
shevatim podían estudiar.
ü Gad:
Como vivirían fuera de Israel, fueron bendecidos con la fuerza para luchar
(además, iban al frente de la guerra). Moshé sería enterrado en sus dominios,
pero nadie sabe con exactitud dónde.
ü Dan: Serían fuertes, pero no tanto como Gad. El
Iardén, río que riega la tierra, comienza en Dan.
ü Naftalí: Estarán muy felices en sus tierras, ya que
habrán abundantes peces, por estar en territorio del río Kineret. También,
tendrán ricos frutos.
ü Asher: Se multiplicarán mucho y su hijas serán
hermosas tanto interna como externamente, meritorias de ser esposas de reyes y
Cohanim guedolim. Tendrán muchísimo aceite de oliva, así lo pueden vender y en
sus montañas encontrarán hierro y cobre. También, fueron bendecidos con fuerza
durante toda su vida.
Siguió bendiciendo a todo el pueblo en conjunto, con que no
deberán temer a los enemigos, sino que ellos tendrán miedo de nosotros.
A la mitad del día, Hashem ordenó a Moshé que suba a Har (monte)
Nevó. De allí, Hashem le mostró que parcela le correspondería a cada Shevet y
lo que sucedería a lo largo de la historia. Tres ángeles le prepararon una
campa de oro con piedras preciosas, almohadas de seda y sábanas de lino, para
que Moshé se acueste, y finalmente, Hashem lo besó y su alma salió de su
cuerpo. Hashem mismo lo enterró, y nadie sabe ni sabrá dónde, para que nadie lo
idolatrara. Su sucesor fue Iehoshúa bin Nun y lo obedecieron como a Moshé.
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