domingo, 3 de noviembre de 2013

Perashat Vaietze

Yaakov se estaba escapando a Jarán. En el camino estudió día y noche sin dormir por 14 años en la Ieshiva de Shem y Ever. Después de haber salido, pasó por Har HaMoriá (donde se hizo Akedat Itzjak), pero se dio cuenta de que no había parado y volvió. En recompensa, Hashem le acortó el camino.  Hizo Tefilá y se quedo dormido sobre 12 piedras. Soñó que ángeles subían y bajaban escaleras del cielo. Cuando se levantó, todas las piedras se habían unido en una sola ya que peleaban por sobre quién apoyaría la cabeza Yaakov.
Cuando llego a Jarán se encontró con Rajel, la hija de Laván, el hermano de Rivká. Se saludaron y después de un tiempo de conocerse, le pidió el matrimonio. Ella sabía que su padre era un mentiroso y que le daría a su hermana Lea, así le dio a Yaakov unas señales para que sepa si era ella. Estas eran las tres Mitzvot especiales de la mujer: Hadlakat Neirot (velas), Jalá y Nidá (pureza familiar).
Yaakov arregló con Laván que trabajaría para él  7 años por Rajel.  El día de la boda llegó y Laván le dio a Lea en vez de a Rajel. Rajel le había dicho las señales a su hermana para que no pase vergüenza. Yaakov habló con Laván y le dijo que trabaje 7 años más por Rajel (pero que se case a la semana siguiente) y que le había dado a Lea primero ya que era la mayor.
Con Lea tuvo 6 hijos y una hija (Reubén, Shimón, Leví, Iehudá, Isajar, Zevulún y Diná)  y con Rajel 2 (Iosef y Biniamín). También se caso con las sirvientas de ambas (Bilhá y Zilpá) y tuvo 2 hijos con cada una (Dan y Naftalí y Asher y Gad).

Se escaparon y Rajel se llevó las cosas idólatras de su padre para que no las use. Laván se dio cuenta y los siguió. Tuvo un sueño que le decía que no le haga nada a Yaakov y así lo hizo. Les pregunto si las tenían y le respondieron que no. Igualmente, él las busco. A Yaakov le molesto que haya desconfiado de él  aunque le sirvió muy fielmente por 20 años (7 por Lea, 7 por Rajel y 6 más para poder quedarse en su casa), así que dijo que el que lo haya hecho, no esté en este mundo (que muera) y así le pasó a Rajel, falleció al nacer Biniamín. Por eso nos tenemos que cuidar con nuestra habla.

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