Yaakov no se había encontrado con su hermano Esav hacía ya 20
años y no sabía si lo había perdonado, por lo tanto, mandó mensajeros a los
cuales instruyó palabra por palabra lo que deberían comunicar. Volvieron
diciendo que Esav se aproximaba con un vasto ejército de 400 generales con cada
uno 400 soldados.
Hashem le había prometido que lo protegería, pero temía que
su familia haya pecado o que los méritos de Esav por los 20 años que pudo
cumplir con la Mitzvá de honrar a los padres lo hagan ganar. Por ello, se
preparó para la batalla de tres maneras:
1. Tefilá
2. Caros regalos
para Esav
3. Alistamiento
para la batalla: se
dividirían en grupos, así, si uno lucha, el otro se puede escapar
Así nosotros nos tenemos que también preparar para un
emprendimiento (viaje, negocio, prueba, etc.): rezar, alegrar al otro
(gobernante, enemigo, al que no sale de viaje…) con regalos y también hacer
nuestra parte (“alistarnos”, estudiar, hacer cuentas…).
Yaakov se había olvidado unas vasijas del otro lado del río,
así que lo cruzó (esto nos demuestra el valor que le tenemos que dar a cada
cosa, sin importar su valor, ya que estaríamos despreciando lo que Hashem nos
da) y allí se encontró con el ángel de Esav. Lucharon toda la noche, le dislocó
la cadera, pero la pelea finalizó cuando se hizo de día y el Malaj (ángel)
debía alabar a Hashem. Yaakov le pidió que lo bendiga, pero este no quería.
Antes de volver al cielo, le cambió el nombre por Israel, que significa “quien
luchó con ángeles y humanos y ganó”.
Yaakov salió a recibir a Esav y se le inclinó 7 veces. En
respuesta, su hermano lo abrazó y besó, con intención de morderlo, pero no pudo
hacerlo debido a que su cuello se tornó mármol.
A Diná, la hija de Lea, le llamó la atención un espectáculo se la calle y salió sin avisar
a verlo. El rey Shejem la raptó para tomarla como esposa. Luego, el padre de
Shejem va a hablar con Yaakov para pedirle permiso para la unión, pero le dijo
que no tenían Brit Milá y no se podía casar con ellos. Por ello, todos los del
lugar, se hicieron el Brit. Leví y Shimón seguían enojados y al tercer día de
la circuncisión, el punto de mayor debilidad tras el Brit Milá, los mataron a
todos. Esto estuvo mal ya que se los consideraban Iehudim. En total eran 24.000
los asesinados.
En el camino de vuelta, nace Biniamín de Rajel, pero la madre
muere y es enterrada allí para que en un futuro, cuando sean exiliados, puedan
ir a su tumba y rezar en su mérito. Cuando estaba por fallecer, Rajel lo había
llamado Ben Oní, hijo de mi sufrimiento, pero Yaakov le cambia el nombre a
Biniamín.
Itzjak pudo llegar a ver a sus nietos por unos 21 años y fallece
a los 180.
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