martes, 27 de enero de 2015

Perashat Beshalaj

Los Iehudim ya habían salido de Egipto, pero ahora tenían que llegar a Eretz Israel.  Había un camino más corto que pasaba la tierra de los Pelishtim (Filisteos), el cual no eligieron porque por miedo a una batalla, los Iehudim querrían volver a Egipto. En cambio, Hashem los condujo por alrededor de la tierra de los Pelishtim, y entrarían a la Tierra Prometida por el lado Este.
Para guiarlos en el desierto, Hashem mandó una nube de día y una columna de fuego por la noche. Además, seis nubes más: una en cada punto cardinal, una arriba y otra debajo de sus pies para protegerlos del calor, frío, escorpiones, atacantes...
El pedido inicial de Moshé era irse por tres días para hacer un Jag a Hashem. Cuando salieron de Egipto, Paró mandó custodios para que Am Israel vuelva concluido el plazo. Al pasar los tres días y ver que no volvían, los mitzrim salieron a perseguirlos. Hashem ordenó a Moshé que los Iehudim retrocedieran, así los egipcios estarían más cerca.  Al darse cuenta los Bené Israel de que eran perseguidos, se aterraron. Hashem hizo que la nube que los guiaba, vaya detrás de ellos, así atrapaba las lanzas y hubo una densa oscuridad (como en la plaga) entre los egipcios.
Moshé les dijo que siguieran camino, a pesar que lo único que había era el Iam suf (mar Rojo/de los juncos).  Primero entró Najshón ben Aminadav y cuando el agua le llegaba a la nariz, Hashem abrió las aguas.  Explican nuestros jajamim, ¿por qué justo hasta la nariz/mentón? Una persona orgullosa y arrogante, va con la cabeza bien levantada, mirando a los demás desde arriba como si ellos fueran inferiores. Cuanto más levantada hubiera tenido la nariz Najshón, más habría tardado la salvación en llegar. Lo mismo se aplica con nosotros.
Cuando salió el último Iehudí, las aguas se cerraron. Todos los Mitzrim habían entrado en el mar, y eran castigados terriblemente. Por más que quisieran salir, no podían. Al salvarse, los judíos, cantaron una canción profética en agradecimiento, Shirar HaIam que la decimos en la tefilá de Shajarit.
Los mitzrim habían ido a perseguirlos cargando joyas, en carruajes de oro con piedras preciosas encastradas y más. Al cerrarse, el mar sacó para afuera todas esas riquezas. El Pasuk dice que Moshé hizo que Bené Israel siguieran camino y Rashi explica que fue en contra de la voluntad del pueblo, el cual quería seguir recolectando. Con esto, Moshé les quería enseñar a Am Israel que la búsqueda de riqueza no es lo único que hay que aspirar en la vida. Como dice el dicho, “el que tiene uno quiere dos”.
Ahora se estaban dirigiendo a Har Sinai, donde luego recibirían la Torá. En el camino, Hashem los probó con falta de agua en Mará (una ciudad cuya agua es muy amarga). Moshé tiro una rama de olivo (amarga) y se hizo dulce. En ese lugar, enseñó unas Mitzvot. De allí, partieron hacia Elam, donde había 70 palmeras (simbolizando a los 70 sabios) y 12 pozos de agua (por las 12 tribus).
Al pasar un mes, se les acabó la comida, y se quejaron del hambre. Les fueron a pedir pan y carne (la carne no era necesaria, ya veremos como Hashem les da igual). Las características de sus comidas:
v Pan: Llamado Man. Los llenaba. Era blanco, con forma similar a la semilla de coriandro y tenía gusto a comida frita en miel. Los tzadikim, podían sentir el gusto que querían. Caía todas las mañanas menos en Shabat, pero el viernes ración doble. Dependiendo del nivel espiritual de cada uno, caía más o menos cerca de la carpa.
v Carne: Llamado Slav. Para comer, darse el gusto. Era un ave que venía del norte al desierto en busca de calor. Cuando llegaban, estaban tan cansadas, que volaban bajo y eran fáciles de agarrar. Caía de noche, así no podían presenciar el milagro de su “caída”.
La medida que tenían que agarrar era de un omer (4 litros aprox.), aunque tomaran de menos o de más, siempre tenían lo mismo.  Los que sobraba del Man, se derretía y se convertía en agua para tomar; pero si tomaban de más o no comían todo por miedo a que al día siguiente Hashem no mandaría, se volvía gusanos.
El milagro Man que se derretía no duró todo el tiempo, en cambio, después para obtener el agua Hashem ordenó a Moshé que golpeara una roca, de la cual saldría agua y los acompañaría toda la travesía. Es conocida como la fuente de Miriam porque era en merito suyo (lo vemos en que cuando falleció, faltó agua).

Amalek fue a atacarlos, siendo los primeros en declararles guerra. Moshé subió a una montaña a hacerle tefilá a Hashem. Toda la guerra estuvo con las manos levantadas (simbolizando su confianza en que todo dependía de Hashem). Al final, ganaron.

domingo, 18 de enero de 2015

Perashat Bo

Al igual que la perashá pasada, les iré explicando varios aspectos de la plaga:
1.    Hashem puso el orden de ellas como un General de Guerra. ¿Cómo lo relacionamos?
2.    ¿Por qué la recibieron?
3.    ¿De qué se trató?
4.    Duración y finalización
Octava plaga: Langostas (Arbé)
1.    Luego, un general, entra con su ejército y destruye todo lo que quedó, al igual que las langostas que se comieron todo y lo destruyeron.
2.    Los egipcios pedían a los Iehudim que les cuiden sus campos. Todos fueron destruidos.
3.    Sopló un viento fuerte que llenó todo el cielo de langostas. ¡Eran tantas que impedían que pasara la luz solar! Destruyeron absolutamente todo lo que quedó de comida de las plagas anteriores.
4.    Paró los dejó salir, pero sólo los hombres, ya que a su parecer los niños y mujeres no tenían nada que ver con el servicio a Hashem. Estaba equivocado. Para la Torá, todos somos muy importantes. Como los egipcios decían que se morirían de hambre, Moshé hizo tefilá para que se vayan las langostas. Vino una ráfaga de viento, y se las llevo, incluyendo a las que habían puesto en conserva para comer.
Novena plaga: Oscuridad (Joshej)
1.    Aprisionan a algunos de los enemigos. Hashem hizo una oscuridad tan fuerte, que los aprisionó.
2.     
1)    Los hacían llevar sus antorchas en calles oscuras.
2)    Habían judíos que no merecían salir de Egipto, en esta plaga, murieron sin pasar vergüenza.
3)    Idolatraban al sol
4)    Los hacían trabajar de todo el día, se levantaban antas del amanecer.
3.    Los primeros 3 días la oscuridad del día era más oscura que la noche y la noche más aun. No veían absolutamente nada. Pero al cuarto día, empeoró mucho: ni se podían mover, era una oscuridad “pesada”. Permanecieron en la misma posición por tres días. En esta plaga, los Iehudim entraban a los hogares egipcios y revisaban las cosas (sin llevárselas), así cuando saldrían de Egipto, les dirían que les den oro y plata. Si negaran su existencia, dirían: “dame oro que lo vi en tu segundo cajón”, y así se lo darían.
4.    Duró 6 días en total. En general, las plagas duraban una semana, pero acá el último día fue reservado para cuando se abrió el Iam Suf, donde los egipcios no veían nada (ya desde antes de entrar allí). Moshé fue a hablar con Paró, pero no los dejaba salir con los animales, ya que sabía que eran su riqueza y que no se escaparían y los dejarían allí y si lo hacían, Paró se enriquecería mucho por ellos. No aceptaron salir, con la excusa de que no sabían cuantos animales sacrificarían.
Hashem les ordena que cumplan dos Mitzvot: Korbán Pesaj y Brit Milá (los que no lo tenían) ya que sin él, no se puede comer el Korbán. Además, le enseña a Moshé la Mitzvá de Rosh Jodesh, del inicio del nuevo mes, el cual comienza con la luna nueva; y que la cuanta de los meses comienza en Nisán.
Desde el 10 de Nisán debían tomar un cabrito/ovino macho, el cual era el dios egipcio, sin defectos y nacido ese año. Si eran pocos, se juntaban entre varios vecinos. Ningún egipcio dijo nada, un milagro. Además, vieron que no tenía fuerza ya que si no, se hubiera escapado.
El 14 de Nisán a la noche, todos los Iehudim hicieron el Korbán y con su sangre pintaron las jambas y el dintel de las puertas. Esto lo hacían para que todos los Mitzrim se den cuenta de que lo hicieron (los hayan visto haciéndolo o su sangre). Otra explicación es para que se forme una Jet (ח), de la palabra Jaim (vida).
También comían matzá y maror (hiervas amargas). Era un desprecio para el cabrito ser comido con maror ya que generalmente, uno algo rico, lo acompaña con cosas que no rebajen su sabor, en cambio a este lo comieron con amargo.
El Korbán tenía que estar asado así todos lo olían y es una manera rápida de cocinar. Tenía que estar completamente cocido, si entraba un Goi en el momento del asado, no lo podían sacar y decir “ya está cocido” por miedo a este a cuyo ídolo estaban asando. Tenía que distinguirse que era un cabrito, no lo podían cortar en trozos más chicos en la cocción.
Debían terminar de comer el Korbán hasta antes de que se haga de día y lo que sobraba había que quemarlo (según algunos, cuando terminaba Iom Tov).
Los primeros y los últimos (1 en Israel y 2 en los demás lugares) son Iom Tov y los días de entre medio, Jol HaMoed. Esos días nos esta prohibido comer jametz (alimentos leudados) o sus derivados.
Decima y ultima plaga: Muerte de los primogénitos (Makat Bejorot)
1.    Al final, matan a los líderes, los primogénitos eran los sacerdotes o personas importantes (como Paró, pero no murió).
2.    Los egipcios los habían obligado a matar a sus hijos (Iehudim).
3.    Hashem bajo a media noche y mató a todos los primogénitos egipcios, a sus animales (primogénitos) y destruyo todos los ídolos. Estaban incluidos tanto los egipcios fuera del país como extranjeros en Mitzraim. El Pasuk menciona además a los presos primogénitos, los cuales murieron para que no digan que sus dioses mataron a los egipcios para vengar su captura. Salteó (Pasaj) las casas de Iehudim, por eso el Jag se llama Pesaj. No había casa de mitzrim sin algún muerto: fallecía el primogénito, si no estaba, el hijo más grande que le siga. Además, hombres y mujeres cometían adulterio, por eso, cada uno tenía varios primogénitos y todos fallecían.
Paró toca puerta por puerta judía preguntando dónde estaban Moshé y Aarón, cuando lo encuentra, obliga salir a todos con hijos, animales, esposas, etc. No salen a la noche como ladrones, sino que de día.
Los Iehudim salieron llenos de riquezas que se las pidieron a los egipcios. Moshé se encargó de encontrar a Iosef (donde estaba enterrado). Una mujer anciana, Seraj la hija de Asher, le mostró que estaba en el río. Moshé tiro un papel de oro que decía aalé shor/sube toro (Iosef es comparado con un toro) y el ataúd subió. Los mitzrim lo habían escondido ahí ya que sabían que los Iehudim no se irían sin él.

En total salieron 600.000 hombres grandes de Mitzraim. Además, había un grupo de goim que se maravillaron con Hashem y se convirtieron, llamados “Erev Rab” (gran mezcla, taarovet).

jueves, 15 de enero de 2015

Perashat Vaerá

Hay 4 formas de expresión de la gueulá  (redención):
·       VeOtzeti: “los sacaré”: desde que comenzaron las Makot (plagas), la esclavitud disminuyó.
·       VeYtzalti: “los salvaré”: fin de la esclavitud.
·       VeGaalti: “los redimiré”: Saldrán de Mizraim.
·       VeLakajti: “los tomaré”: a Har Sinai.
Los Bené Israel no estaban en ese momento capacitados para escuchar sobre la redención, se conformaban con material para los ladrillos. Por ello, no querían que Moshé hable con Paró para que los deje salir. Además, tenían miedo de que los maten: si cuando fueron por primera vez les endurecieron la labor, ¡qué pasaría esta vez!
Hashem le ordenó a Moshé que se dirija a los Iehudim con paciencia y que a Paró lo trate con respeto por ser un rey.
La genealogía de Moshé es recordada ahora, antes de convertirse en líder del pueblo. Esta termina con Pinjás ya que Moshé fue el primer redentor y Eliahu HaNaví (reencarnación de Pinjás), el último, en nuestros días, Amén.
Hashem endureció el corazón de Paró en las últimas 5 plagas (él mismo lo había endurecido en las anteriores) para hacer más plagas y maravillas, así Bené Israel verían Su fuerza y poder.
En estos momentos, Moshé tenía 80 y Aharón 83 años, es mencionada su edad para mostrarnos que sin importar que fueran ancianos cumplieron con la orden de Hashem.
Cuando Moshé y Aharón se presentaron ante Paró, Aharón tiró su bastón y se transformó en una serpiente marina con vida; igual hacen los brujos de Paró (otros explican que era la esposa de Paró que era tan experta en brujería como todos los hechiceros de Egipto juntos) (igualmente, las suyas eran ilusiones ópticas, no tenían vida). Luego, la de Aharón convierte otra vez en bastón y este comió a las serpientes. Esto era un mensaje para Paró: vos que te hacés llamar “la gran serpiente marina” (el símbolo de Egipto era la serpiente) y te tragás a todo lo que tenés a tu alcance (Bené Israel), volverás a ser un pedazo de madera, sin vida.
Moshé le adviertió a Paró que Hashem mandaría plagas. A pesar de esto, no hizo nada y menos que menos, le da importancia. Iré explicando entre estas perashiot (Vaerá y Bo), varios aspectos de cada plaga:
1.    Hashem puso el orden de ellas como un General de Guerra. ¿Cómo lo relacionamos?
2.    ¿Por qué la recibieron? (Midá kenegued midá)
3.    ¿De qué se trató?
4.    Duración y finalización (optativo)
Primera plaga: Sangre (Dam)
1.    Lo primero que se hace al entrar a una ciudad para conquistarla es contaminar el agua. Acá la hicieron sangre.
2.     
a.   Los egipcios les hacían traer agua del río Nilo.
b.  Pensaban que era un dios, y para demostrar que no existía, fue lo primero en destruir.
c.   Hicieron tirar a los bebes a ese río.
3. Aarón puso el bastón de Moshé en el río y se convirtió en sangre, al igual que toda el agua del país (vasos, piletas, el lugar donde se sentaban, piedras, árboles, todos lados). Había un gran hedor por los peces muertos en el río (esto demostraba que no era una ilusión). El único lugar que había agua potable era Goshen, pero solo para los judíos. Aunque tomaran de un mismo vaso, el Iehudí, tomaba agua y el egipcio, sangre. La única manera de tomar era comprarla a los judíos, así que se volvieron ricos.
4. Duró 7 días y Paró preguntó a sus magos podían hacer lo mismo y respondieron que sí, pero lo hicieron en un lugar pequeño y por un rato. Hashem decidió mandar una plaga que puedan copiar los egipcios así en las siguientes que no puedan copiar no tengan la escusa de que no tienen ganas de hacerlo: así demostrarían su incapacidad.

Segunda plaga: Ranas (Tzefardea)
1.    Después, en una guerra, tocan sus trompetas para aturdir a los habitantes, al igual que las ranas cuando croaban.
2.     
a.     Los egipcios los obligaban a traerles insectos y ranas (aunque no las quisieran).
b.    Los egipcios les gritaban para que se levanten temprano
c.     Cuando las mujeres tenían a sus hijos, tenían que contenerse de gritar por temor a los egipcios
d.    Por el llanto de Bené Israel al trabajar duramente.
3.    Del río salio una rana enorme. La querían matar pero cada vez que la golpeaban, escupía ranas chicas. Así, todos los lugares estaban completamente llenos de ranas, desde los parques, hasta adentro de los hornos y de sus panzas.
4.    Paró mando a llamar a Moshé para que las sacase, y si lo hacía, dejaría salir a los Iehudim del país. Moshé le preguntó cuando quería que lo haga y Paró respondió que al día siguiente, ya que pensaba que Moshé tenía todo preparado para que termine en ese día, así que prefirió sufrir por un día más para probarlo. Moshé hizo su parte, pero Paró no.
Tercera plaga: Piojos (Kinim)
1.    Tercero en la batalla, tiran flechas que pinchan, como lo hicieron los piojos.
2.     
a.     Los hacían limpiar (“sacar el polvo”) de todas las calles.
b.    No les daban bañeras, así que estaban sucios por el trabajo de ladrillos.
c.     Bené Israel está comparado al “polvo de la tierras” (son numerosos) y los Mitzrim los pisoteaban.
3.    Aharón golpeó la tierra (y no Moshé para devolver el bien: ¿cómo iba a golpear a la tierra que había ocultado al Mitzrí que había matado?) y se lleno totalmente de piojos, pero no eran como los de ahora, eran enormes y se metían debajo de la piel. Paró llamó a sus magos y les preguntó si podían hacer eso, pero lo negaron ya que:
a.     Los magos no pueden hacer magia sobre cosas más chicas que un grano de cebada
b.    Solo pueden hacerlo si su pies tocan el piso, como no había polvo, no lo tocaban.
Otros dicen que lo que Paró quería es que los saquen (¡para qué querría más!), pero que no pudieron siquiera presentarse delante suyo los brujos por la vergüenza que les daba estar hasta ellos mismos totalmente cubiertos de piojos.
4.    La plaga duro 7 días. No afectó a Paró ya que los piojos eran polvo convertido en insectos y su palacio era constantemente limpiado, así que no había piojos. Los brujos dijeron sobre esta plaga que era “el dedo de Hashem”. Se podrían referir a que ahora sí aceptaban que provenía de D”s y no de magia. En hebreo, dedo es Etzba, cuyas letras son las iniciales de Ein tzarij bedika od (no hace falta investigar más; es verdad).
Cuarta plaga: Bestias salvajes (Arov)
1.    Antes de empezar, llaman a otros ejércitos, acá llamaron a las bestias.
2.    Los mandaban a buscar animales salvajes para los circos y zoológicos. Sólo lo hacían para ponerlos en peligro y mantenerlos alejados de sus familias.
3.    Empezaron a salir del desierto y las selvas bestias, escorpiones, víboras venenosas, etc. Rompían las puertas o se metían por la tierra y entraban a las casas.
4.    Paró le pidió a Moshé que haga tefilá para que se vayan todas las bestias y así los dejaría salir. Hashem hizo desaparecer a todos los animales, vivos o muertos para que no aprovecharan siquiera sus pieles. A pesar de esto, Paró se endureció y no cumplió.
Quinta plaga: Muerte de animales (peste) (Dever)
1.    Después, destruyen a los animales enemigos.
2.     
a.     Los hacían pastorear su ganado.
b.    Los usaban para arar en vez de animales.
c.     Les robaban su ganado.
3.    Se morían todos los animales DEL CAMPO (no de los establos, serían destruidos en las siguientes plagas).
4.    Ahora a Paró le resultaba más arrepentirse, porque Hashem ayuda a un persona en lo que hace (ya sea en algo malo o bueno). Además, Paró vio que animales que supuestamente eran de mitzrim no morían. Lo que no sabía es que pertenecían también a un judío.
Sexta plaga: Ampollas (Shjin)
1.    Intentan debilitar o matar a los soldados, al igual como lo hicieron las ampollas.
2.     
a.     Los hacían subir o bajar la temperatura cuando se bañaban, con tanto dolor que les causaban (las ampollas), ni se podían bañar (los egipcios).
b.    Los despreciaban como si estuvieran impuros, enfermos. Ahora ellos lo estaban.
3.    Hashem ordenó a Moshé y a Aarón que agarren 2 puñados de cenizas cada uno. Después, Moshé las agarró en una sola mano y que las tiró alto y lejos. Hashem las esparció por todo Egipto y en cada lugar que caían, los animales y personas se llenaban de ampollas llenas de pus.
4.    Todos en el palacio se sentían muy mal. Paró se quedo en la cama y los magos se fueron para no volver.
Septima plaga: Granizo (Barad)
1.    Un general bombardea la ciudad que ataca con misiles, al igual que el granizo.
2.    Les pedían que les planten huertos o jardines. El granizo los destruyo todos.
3.    Moshé extendió su bastón al cielo y empezó a caer granizo, el cual consistía en fuego y hielo, que naturalmente no están juntos, uno consume al otro. Se unieron esta vez para cumplir la voluntad de Hashem. Era como un hacha filosa que rompía todo. Iba en especial dirigida a las plantas ya maduras (cebada, lino)
4.    Paró dice que Hashem es bueno, que él es malo, que va a dejar salir a los judíos de Mitraim si se va la plaga... Cuando se va, no cumple con su palabra.

La perashá que viene siguen las plagas…

martes, 6 de enero de 2015

Perashat Shemot

Aun después de la muerte de Iosef, sus hermanos y parientes seguían viviendo en Egipto.
¿Por qué no salían del país? Todo esto eran los planes de Hashem, así podía cumplir su promesa hecha a Abraham Avinu: “tus descendientes serán extraños en una tierra, serán esclavos y sufrirán.”
Otra razón era para probarlos si…
·       Si seguirían siendo tzadikim
·       Si se casaban entre ellos (no con egipcios)
·       Si seguirían hablando Hebreo
Los primeros pesukim de la perashá repiten los nombres de los hijos de Yaakov para demostrar el amor de Hashem hacia nosotros: tanto como uno cuenta las piedras preciosas una y otra vez, así Hashem nos nombra. Además, porque ninguno se fue del camino correcto, en cambio sus descendientes no fueron tan justos como ellos.
Luego de decir que bajaron 70 personas a Mitzraim, dice “y Iosef estaba en Mitzraim” para mostrar que seguía siendo igual de Tzadik que cuando cuidaba los rebaños del padre, por más que era virrey.
Iosef les había ordenado que se quedaran en Goshen para que no se mezclen con los habitantes del país pero no lo cumplieron. Como consecuencia, empezaron a hacer idolatría.
En un principio, eran solo 70 Iehudim (casados, más las mujeres e hijos solteros), pero con el paso de muy poco tiempo, se convirtieron en millones. Esto se debe a que Hashem los había bendecido y una madre tenía 6 hijos a la vez.
En Egipto, se levantó un nuevo rey, algunos dicen que era realmente otro y otros dicen que era el mismo pero había renovado los decretos malos contra Bené Israel. Los egipcios se reunieron y discutieron qué hacer con los muchos y fuertes judíos. Dijeron que tenían que ser más inteligentes que ellos: sabían que Hashem castiga medida por medida, así que los castigarían con agua ya que después del diluvio, Hashem prometió no volver a mandarlo. Lo que no sabían es que esta promesa sólo está referida a un diluvio para todo el mundo, no para una zona (luego fueron castigados en el Yam Suf).
Se les ocurrió que podrían hacerlos esclavos, así los padres estarían muy cansados y tendrían pocos hijos. Tendrían que construirles, por ejemplo, ciudades fortificadas, Pitóm y Ramsés en lugares que no son aptos para la construcción por terrenos no firmes.
Al principio, se les pagaba por hacerlo, Paró mismo trabajaba para estimularlos. Así, todos los Iehudim, menos la tribu de Levi (quienes trabajaban en las casas de estudio) empezaron a trabajar demostrando su “orgullo nacional”. De a poco, les iban pagando menos, hasta tal punto que se convirtieron en esclavos. Esto lo vemos insinuado cuando dice que el trabajo de los Iehudim era Parej (que destruía el cuerpo), que se podría leer Pe Raj (boca suave, cautivadora).
Esto no era sólo el plan, también consistía en designar judíos que cuidaban que sus hermanos trabajen duro, si no lo hacían, les debían pegar y si ellos mismos no cumplían con su deber (los policías), serían castigados por los Egipcios. Estos no querían lastimar injustamente a sus familiares, así que recibían el castigo ellos. En recompensa, cuando salieron de Egipto, los que no maltrataron a sus hermanos, fueron designados ancianos del pueblo.
El plan para disminuir el número no funciono, sino todo lo contrario. Cada vez les aumentaban los castigos, sin ver frutos:
·       Un egipcio podía tomar de esclavo a cualquier Iehudí.
·       Ellos mismos tenían que hacer los ladrillos
·       Secretamente, harían matar a todos los bebes varones recién nacidos.
Paró ordenó a las parteras matar a cada bebe judío varón cuando nazca. Estas eran Shifrá y Puá. Ellas no cumplieron el pedido, además, cuando nacían, hacían honor a sus nombres: Shifrá: La que embellece. Puá: Les cantaba para que paren de llorar. Incluso les daban comida y bebida a las madres y las ayudaban.
Cuando el faraón se dio cuenta, las mando a llamar y ellas le dijeron que las madres judías tenían a los bebes sin la ayuda de nadie como animales. También se podría interpretar su respuesta diciendo que eran tan expertas en tener hijos que no se las podía engañar diciendo que el bebé nació muerto. Por hacer esto, fueron recompensadas con las casas (descendencia) de leviim, cohanim y reyes.
Se le ocurrió otro malévolo plan a raíz del pronóstico de los astrónomos que decía que el salvador del pueblo judío estaba por nacer y que sufriría a causa del agua: tirar al río a cada bebé varón, tanto Iehudí como Mitzrí, ya que los astrónomos no distinguían de qué pueblo era (quizá veían que viviría en el palacio de Paró y no entendían por qué un judío estaría allí). Igualmente, el decreto contra los mitzrim duró un solo día. El sufrimiento con el agua hace referencia a Mei Merivá, cuando Moshé golpeó la piedra en vez de hablarle y por eso no entró a Eretz Israel.
Para comprobar que las madres no lo escondían, hizo mudar egipcios entre cada casa judía, así los podían espiar y llamar a los mensajeros egipcios a que los arrojen. Las egipcias también ayudaron: cuando no encontraban al bebe, llevaban a sus propios hijos, los hacían llorar y el bebe buscado, hacía lo mismo.
Hashem no permitió que sean muertos, y el Midrash explica que los conducía a una cueva y Él mismo los alimentaba. Al crecer, se reencontraban con sus padres. Otra explicación es que hacia que respiren abajo del agua, cuando se anuló el decreto, todos salieron vivos.
Amram y Iojebed (Shifrá), dos leviim, tenían dos hijos, Miriam (Puá), de seis años, y Aarón, de tres. Decidieron separarse ya que para qué tendrían hijos si los matarían y el pueblo los copió por ser líderes de la comunidad. A esta acción Miriam responde con ruaj hakodesh que era peor que el decreto de Paró: el de Paró sólo incluía a varones, en cambio el suyo también a nenas. Finalmente, se volvieron a casar.
Tuvieron otro hijo más (Moshé). Su nacimiento fue extraordinario: nació con el Brit Milá hecho, la madre vio con profecía que en el futuro sería profeta y todo el cuarto se ilumino. Por ello lo llamó (entre otros nombres) Tuviá, que viene de la palabra Tov, bueno. Lo pudieron esconder durante 3 meses ya que había nacido antes de tiempo, pero llego un momento que se dieron cuenta de que no podía seguir con su plan. Para salvarlo se les ocurrió ponerlo en una canasta rellena y cubierta de brea y arcilla.
Su hermana lo siguió. La canasta llegó a una orilla donde estaba Batia, la hija de Paró. Se estaba sumergiendo porque tenía lepra (y se curó milagrosamente) o porque se estaba convirtiendo al judaísmo. Le pidió a sus doncellas que le alcanzasen la canasta, pero estas se negaron. Batia estiró su brazo para alcanzarla, algo imposible ya que estaba muy lejos. Hashem por su esfuerzo, le estiró el brazo hasta que la agarró. De esto se trata la frase “hagan un agujero del tamaño de una aguja y yo les abriré puertas de salones”. Ella lo llamó Moshé ya que de las aguas lo sacaron. En realidad, gramaticalmente Moshé no significa sacado sino el que saca, haciendo alusión a que en el futuro sacaría a Am Israel de Mitzraim.
Al ser visto, bebé se largó a llorar y Batia llamó a una nodriza egipcia, pero Moshé se negó ¿cómo la boca que hablaría con Hashem tomaría leche de alguien impuro? Al ver esto, Miriam, le preguntó si quería que le traiga a una judía (Iojebed) y ella aceptó gustosa, hasta le pagó. Así, Iojebed pudo estar 4 años con su hijo, contándole sobre sus raíces.
Batia y su padre se encariñaron de Moshé y jugaban con él como si fuera su hijo y nieto propio. Moshé sufría al ver a sus hermanos, Bené Israel, trabajar tan duro y con el pretexto de supervisarlos, los ayudaba.
Un día, un egipcio le estaba pegando a un Iehudí. Moshé al ver esto mató al egipcio invocando el sagrado nombre de Hashem. Otro día, vio a dos judíos peleando, llamados Datán y Aviram, dos reshaim (malvados). Intervino y ellos, enojados, le contaron lo sucedido con el egipcio el otro día. Paró se encolerizó y lo mandó a matar. Cuando lo iban a hacer, el cuello de Moshé se hizo de piedra. Después, pudo escapar.
Se escapó a Midián, donde vio siete hermanas intentando beber de un pozo de agua, pero no lo podían hacer porque unos pastores las molestaban y las ayudó. Ellas volvieron a su casa y su papá, Itró, se sorprendió al verlas tan temprano ya que los hombres siempre se les adelantaban. Le explicaron que un hombre las había ayudado. Lo invitaron a comer y al darse cuenta la causa de su estadía en Midián, lo tiraron a un pozo. Allí permaneció por 10 años con la ayuda de Tzipora, una de las hijas, que le daba comida todos los días. Después de ser liberado, se casó con ella.
Trabajaba de pastor en la casa de Itró. Un día, estaba pastoreando su ovejas y vio una zarza (arbusto sin hojas) ardiendo, pero milagrosamente, no se consumía. Cuando se siguió acercando, Hashem le dijo que se descalzara ya que esa era una tierra santa (el Har Sinai, donde serian entregadas las tablas). Los zapatos representan lo material, así que realmente Hashem quería se desprenda de ello.
Hashem le ordenó a Moshe que vaya a hablar con Paró para que deje salir a los Iehudim de Egipto, y Él lo ayudaría. Para que los Iehudim le creyeran que era el redimidor, le dio tres señales:
·       Tiró su bastón al suelo y se convirtió en serpiente, al agarrarla, volvió a su estado anterior.
·       Puso su mano debajo de su túnica y la sacó leprosa, al volverla a poner, estaba normal.
·       Tomó un poco de agua del Rio Nilo y se convirtió en sangre.

Fue con su hermano Aarón, ya que él era tartamudo. Cuando se encontraron, se saludaron, pero lo reprocho diciendo: “¿para qué traer más personas a sufrir, acaso hay pocas?”. Al escuchar esto, Moshe, los mandó a la casa de su suegro. Al hablar con Paró, se negó, es más, les endureció el trabajo.