lunes, 15 de diciembre de 2014

Perashat Miketz

Iosef ya había estado en la cárcel 12 años y Hashem ahora decidió liberarlo…
Paró una noche tuvo dos sueños y sus explicaciones, pero cuando se levanta, sólo recordaba los sueños:
1.    Estaba en el Nilo, donde veía que siete vacas flacas y hambrientas comían a otras siete bien alimentadas y lindas. A pesar de eso, no engordan.
2.    Siete espigas de trigo hermosas eran comidas por otras siete feas y delgadas.
Paró manda a llamar a todos los que se le ocurra la explicación, pero ninguna lo convencía. El mayordomo del faraón (quien se había encontrado con Iosef en la cárcel en la perashá pasada) recuerda que Iosef había interpretado su sueño y el del panadero, por lo que Paró lo manda a llamar. Se refiere a Iosef llamándolo “un joven sirviente hebreo”. De aquí vemos que incluso cuando hacen cosas buenas, los reshaim hacen cierta averá; en este caso, despreció a Iosef llamándolo sirviente, no siendo digno de grandeza.
Hashem hizo que recién después de que todos hayan dado sus teorías Iosef dé la suya ya que si no, alguien podría haber alegado que él había pensado en lo mismo, sólo que no había llegado a decirlo.
Al presentarse ante Paró, lo primero que Iosef aclaró fue que todo lo que diría sería gracias a Hashem. Así reparó su error de confiar en el copero, a quien le había pedido que se acordara de él al salir de la cárcel.
Iosef dijo con Ruaj haKodesh (inspiración divina) que en realidad era todo un mismo sueño (mismo simbolizmo). Las espigas y vacas gordas representaban a los futuros 7 años de abundancia (por ello el sueño fue en el Nilo, por medio de él toda la tierra era irrigada; las espigas representaban la agricultura y las vacas la ganadería), pero las flacas que comían a las gordas sin cambiar su aspecto, significaban que luego habrían 7 años de hambruna, tan devastadores que harían olvidar los buenos tiempos. Por esto, Iosef aconseja al faraón diciéndole que designe a alguien que almacene comida para los años de hambruna, y este lo elije a él.
Cuando se tenía que casar, Hashem hizo que encuentre a una chica de su familia: cuando Diná fue raptada por Shejem, tuvo una hija, Osnat. Los hijos de Yaakov decían que no era judía, por lo que la sacaron de la casa y ella fue a Egipto donde se encuentra con Iosef al haber sido adoptada por Potifar, su patrón. Este se da cuenta de que era descendiente de su padre ya que Yaakov le había colgado algo que terminaba diciendo hija de quiénes era realmente (todos pensaban que era hija de Potifar, pero en verdad la había adoptado). Se casaron y tuvieron dos hijos: Menashé y Efraim.
En el momento exacto que comienzan los 7 años de hambre, todas las cosechas se echaron a perder, incluyendo el pan sobre la mesa. La única manera de comer era comprarle a Iosef. Él les vendía si se hacían el Brit Milá, ya que como sabía que en un futuro su familia bajaría a Egipto, seguirían haciéndose el Brit y no dejarían de hacérselo por vergüenza a los Egipcios.
El hambre llegaba a los alrededores del país y la única manera de comer era ir a Egipto a comprar comida, así que se volvió una potencia mundial. Así, cuando Am Israel saldría de Mitzraim, lo haría con la riqueza de casi todo el mundo.
Había hambruna también en Israel, por lo que Yaakov pidió a sus hijos, pero no a Biniamín por miedo a perderlo, que bajen a Egipto a buscar comida. En verdad tenían suficiente comida, pero para no despertar la envidia de los demás, van a buscar alimento. Cuando llegaron, no reconocieron a Iosef pero este sí a ellos, pero no se les reveló para descubrir si lo habían perdonado y se habían arrepentido. Quería averiguar qué había pasado con Biniamín, por lo que los culpa de espionaje (ya que habían entrado por distintas puertas). Ellos explicaron que lo habían hecho para no llamar la atención y que la gente los cele por ser 10 hermanos unidos y sanos. Igualmente, confesaron que tenían dos hermanos más: uno (Iosef) que había desaparecido y otro (Biniamín), que se había quedado con su padre.

Iosef les ordenó traer a Biniamín, pero Shimón se quedaría encarcelado. Yaakov no lo quería enviar por temor a perderlo, pero Iehudá lo convenció. Ya en Egipto, Biniamín fue acusado de robar la copa de Iosef porque la encontraron en su saco de comida y lo tomó como esclavo. Realmente, Iosef la había puesto allí para ver como reaccionaban sus hermanos: ¿lo abandonarían y dejarían esclavo como a él o lo cuidarían?

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