De los 12 hijos de Iaakov, Iosef, hijo de Rajel, era el más Tzadik; pero
cometió errores: cada vez que veía a sus hermanos hacer algo no bueno, se lo
decía a su padre para que se arrepientan en vez de él mismo ayudarlos; y quizás
las “transgresiones” que cometían, tenían buenas intensiones, pero él no las
buscó.
Los demás hijos, estaban muy celosos de él ya que su padre abiertamente
lo consideraba su preferido, por ejemplo, regalándole sólo a él una hermosa
túnica y ellos pensaban que se debía al Lashón hará de Iosef sobre ellos.
Realmente este amor tan profundo se debía a que era el primogénito de Rajel, su
amada y porque a pesar de su temprana edad, estudiaba mucha Torá junto a él.
Su odio aumentó cuando les contó Iosef dos de sus sueños:
1. Todos estaban atando cereal, el de Iosef quedaba
erguido mientras de los de los demás se le “inclinan”.
2. Se inclinan delante de él el sol (Yaakov), la luna
(Rajel) y once estrellas (hermanos).
Yaakov le pide a Iosef que vaya a observar a sus hermanos, quienes
estaban pastando en la tierra que habían destruido Shimón y Leví (Shjem), cuyos
habitantes podían tomar venganza. Al verlo llegar, decidieron que lo matarían,
pero luego por el consejo de Reubén (quien pensaba luego rescatarlo), lo tiraron
a un pozo. Finalmente, vieron a unos mercaderes y lo venden como esclavo.
En el mercado de esclavos, Potifar, ministro del faraón, lo compró.
Ejercía maravillosamente su labor gracias a Hashem así que lo llegó a
considerar su gran ayudante.
Como era tan bello, Zulaija, la esposa de Potifar, se enamoró de él. Lo
quería conquistar, pero él no la rechazaba. El día de celebración por la
crecida anual del Nilo, ella permaneció con Iosef en su hogar diciendo que no
se sentía bien, sacó su espada, le sacó la remera para hacerlo pecar y él se
escapó. Algunos explican que Iosef se había rendido y aceptado pecar con ella
pero Hashem hizo que se le presentara una imagen de su padre, la cual lo hizo
entrar en razón.
Potifar mandó a Iosef a la cárcel, por más que realmente sabía que era
un Tzadik. Lo hizo solamente porque Zulaija ya había difamado el rumor del
“malvado Iosef” y no podía decirle a todos que su esposa era una mentirosa.
En prisión, el supervisor confió tanto en él que lo designó para que
cuide a los encarcelados y así fue por 10 años. Un día llegaron dos personas
nuevas, las cuales ambas habían soñado cosas que les traían pesar y Iosef les
interpretó sus sueños:
·
El mayordomo
del Faraón (había servido una copa de vino con una mosca al
rey): Exprimía tres ramas de vid sobre una copa y luego la entregaba. Iosef le
dice que en tres días volvería a su puesto.
·
Panadero/repostero
real (entregado un pan con una piedrita): Cargaba tres
canastos con hogazas de pan, y aves las picotean. Iosef dice que morirá en tres
días y será comido por pájaros.
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