Abram ya era
para Hashem un Tzadik y por ello Hashem lo pudo probar con cosas tan difíciles,
ya que Él nunca nos pide algo que no podemos hacer.
Lo primero
que Hashem le ordenó es que se vaya para él, Abram (Lej Lejá) al lugar donde Él
le mostraría (pero sin decirle antes adónde). ¿Por qué para él, acaso era bueno
irse de su casa? Sí, ya que si lo hacía sería recompensado con descendencia,
dinero, bendiciones efectivas y que su nombre sea una bendición (la gente dirá
“qué seas como Abram”), los que lo bendigan serán bendecidos (plural) y
el que lo maldiga será maldecido (singular)…
Ahora nos
podemos preguntar ¿Quién luego de tantas cosas buenas no haría lo que le pidan?
Esa la prueba, hacer todo LeShem Shamaim, en honor de Hashem, no por la recompensa.
Hashem le
dice a Abram que abandone su patria. Si uno lee la Perashá anterior, podrá
notar que en realidad Abram no era de Jarán, sino que de Ur Kasdim, de donde
hacía unos años se había mudado con su padre (ya fallecido), Lot y Sarai. Los
Jajamim lo explican de dos formas: que en verdad él era de Jarán (se había
mudado a Ur y de allí a Jarán de vuelta) o que esta orden se la había dado
mientras aún estaba en Ur Kasdim.
Abram salió
con su esposa Sarai, su sobrino Lot y todas las personas a las cuales había
hecho hacer Teshuvá. Cuando llegaron a destino, se desató en Eretz Israel una
terrible hambruna por lo que decidieron irse a Egipto. Allí se dio cuenta de la
belleza de Sarai, quien a pesar de haber soportado todo el viaje seguía
hermosa. Otros opinan que de tanto recato que tenía Sarai, nunca le había visto
siquiera los tobillos, pero para cruzar un arroyo, probablemente se le levanto
muy poco la punta de la pollera, mostrando sus tobillos, los cuales hasta ellos
eran preciosos. Una tercera explicación es que él sabía que era hermosa, pero
estaba en un nivel tan elevado que para él lo santo era hermoso, veía la
belleza interior, la cual es resaltada cuando nos vestimos con recato como lo
hacía Sarai. En ese momento se dio cuenta de que Sarai no era sólo linda
interiormente sino que también físicamente.
Razonó que
como los egipcios eran malvados y no tenían claro qué estaba bien y qué no,
podrían secuestrarla y maltarlo a él para quedarse con ella, por lo que la escondió
en una caja. Luego, cuando la descubrieron y se la llevaron al palacio de Paró,
dijo que era su hermana. Paró al verla, se quería casar con ella, pero cada vez
que la tocaba, un ángel lo golpeaba y todos los del palacio se llenaron de
ampollas. Finalmente, ella confesó que estaba casada y los obligó a irse con
muchos regalos valiosos, incluyendo su hija Hagar. Paró pensó: prefiero que mi
hija sea una sirvienta en la casa de un Tzadik como Abram y no una princesa
entre Reshaim.
Abram y su
compañía volvió a Eretz Cnaan por el mismo camino que a la ida para poder pagar
los hospedajes en los cuales había parado. Allí se separó de Lot ya que no
alcanzaban los terrenos para el ganado de ambos y por las peleas entre sus
empleados: los de Abram decían que sólo se podía pastar en campos públicos y en
los otros había que cubrir las bocas de los animales con bozales, mientras que
los de Lot no lo veían necesario. Lot se fue a vivir a Sedom cuyos habitantes
son muy malvados pero los campos eran fértiles.
Hubo una
guerra entre cuatro reyes (entre los cuales estaba Amrafel (Nimrod)) y otros
cinco reyes, la cual ganó la minoría, demostrando su fortaleza. Entre los
cautivos estaba Lot, por lo tanto, Abram con su sirviente Eliezer solos fueron
a rescatarlo y lo lograron ya que cuando tiraban tierra, se convertía en
flechas. En el Pasuk dice que Abram fue con 318 hombres, pero nuestros Jajamim
interpretan que era solo Eliezer, cuya Guematria es 318.
En
recompensa de haber sido salvado, el rey de Sedom le dijo que le entregue a los
cautivos y que se quedara con toda la riqueza, pero Abram no aceptó siquiera un
hilo o cordón de zapato ya que Hashem es el que da la Parnasá (sustento) y así
no diría el rey de Sedom “yo enriquecí a Abram y no su D”s.”
Abram temía que
se le hubieran acabado los méritos luego de tantos milagros, pero Hashem lo consoló
diciéndole que todo había sido hecho por Su nombre y Abram tendría su merecida
recompensa en el Olam HaBá. Lo que pidió fue descendencia.
Hashem le
prometió a Abram que sus hijos tendrían Eretz Knaán, en el futuro Israel, a lo cual
Abram preguntó cómo sabría él que sería así, cómo sabría que la merecerían sus
descendientes a pesar de sus pecados. Le pidió que tomara tres becerros y tres
cabritos (que representaban a los reyes no judíos), tres ciervos y una tórtola
(reyes persas y griegos) y un palomino (judíos). Con todos haría Korbanot y
luego los cortaría en partes, a todos menos al palomino el cual pasaría volando
entre ellas, significando que los Iehudim vencerían a todos los demás pueblos.
Este suceso se lo conoce como Brit bein HaBetarim (pacto entre las partes).
Luego, Abram
soñó con la esclavitud de los judíos en Egipto y su redención, y asimismo los
distintos exilios (Babilonia, Media/Persia, Grecia y Roma). Hashem le dio para
elegir entre el castigo de los exilios o el Gueinam, infierno; obviamente
eligió la primera opción.
Ya habían
pasado diez años y Sarai no había tenido ningún hijo, por lo que decidió darle
a Abram como esposa a su sirvienta Hagar, quien quedó embarazada al poco
tiempo. Por ello, alegó que Sarai no era lo que aparentaba, una Tzadeket, porque
era estéril (no merecía tener hijos) y ella rápidamente había sido bendecida.
Sarai se enojó con su marido por dos cosas: por no hacer nada luego de ver que
Hagar la avergonzaba; y porque rezó a Hashem que le dé hijos (a él, pero no a
ambos). Abram le respondió que haga con Hagar lo que quiera.
Sarai le
echó su mal de ojo y Hagar perdió el bebé. Hagar se escapó al desierto, pero
Hashem mandó ángeles para traerla de vuelta y prometerle que tendrá un hijo
llamado Ishmael, que significa “Hashem escuchó tu sufrimiento.”
A la edad de
99 años, Hashem le ordenó que sea íntegro, tamim, que consistía en cumplir Sus
órdenes y hacerse el Brit Milá. Hashem les cambió los nombres él y a Sarai:
· Abram a Abraham: Dejarás de ser
padre de Aram (Ab Aram) y serás el padre de muchas naciones (se le agregó la
Hei de Hamón, multitud).
· Sarai a Sará: Sarai significa
mi princesa/ministra, ahora, sacándole la Iud, significará princesa/ministra de
todo el mundo.
· La Iud (según la guematria, 10) de Sarai pasó a ser
una Hei (5) para el final de su nombre y otra para Abraham.
Hashem le
ordenó que cada varón a los ocho días de vida judío o de posesión de un judío
(esclavo) se le deba hacer el Brit Milá. En mérito de cumplir esta Mitzvá
Hashem lo recompensó con un hijo, Itzjak.
Abraham se
hizo el Brit Milá a plena luz del día, sin importarle las burlas de los Goim o
de los burlones. Ishmael se lo hizo a los 13 años.