Los Iehudim ya habían salido de Egipto, pero ahora tenían que
llegar a Eretz Israel. Había dos
caminos, uno más corto que pasaba la tierra de los Pelishtim (Filisteos), el
cual no eligieron porque a la primera batalla, los Iehudim querrían volver a
Egipto. En cambio, Hashem los condujo por alrededor de la tierra de los
Pelishtim, y entrarían a la Tierra Prometida por el lado Este.
Para guiarlos en el desierto, Hashem mandó una nube de día y
una columna de fuego por la noche. Además, seis nubes más: una en cada punto
cardinal, una arriba y otra debajo de sus pies para protegerlos del calor,
frío, escorpiones, atacantes...
Los Mitzrim quieren que vuelvan, y salen a perseguirlos ya que realmente el
trato era para volver a los tres días en los cuales harían korbanot a Hashem. Hashem ordena a Moshé que los Iehudim
retrocedan, así los egipcios estarían más cerca. Al darse cuenta los Bené Israel de que eran
perseguidos, se aterraron. Hashem hizo que la nube que los guiaba, vaya detrás
de ellos, así atrapaba las lanzas.
Moshé les dijo que siguieran camino, a pesar que lo único que
había era el Iam suf (mar Rojo/de los juncos).
Primero entró Najshón ben Aminadav y cuando el agua le llegaba al
cuello, Hashem abrió las aguas. Cuando
salió el último Iehudí, las aguas se cerraron, ahogando a cada uno de ellos. Todos
los Mitzrim habían entrado en el mar, y eran castigados terriblemente. Por más
que quisieran salir, no podían. Al salvarse, los judíos, cantaron una canción profética
en agradecimiento, Shirar HaIam que la decimos en la tefilá de Shajarit
(Vaiosha y Az Iashir Moshé…).
Ahora se estaban dirigiendo a Har Sinai, donde luego
recibirían la Torá. En el camino, Hashem los probó con falta de agua en Mará
(una ciudad cuya agua es muy amarga). Moshé tiro una rama de olivo (amarga) y
se hizo dulce.
Al pasar un mes, se les acabó la comida, y se quejan del
hambre. Les fueron a pedir pan y carne (la carne no era necesaria, ya veremos
como Hashem les da igual). Las características de sus comidas:
v Pan: Llamado Man.
Los llenaba. Era blanco y tenia gusto a comida frita en miel. Los tzadikim,
podían sentir el gusto que querían. Caía todas las mañanas menos el sábado, pero
el viernes ración doble.
v Carne: Llamado Slav.
Para comer, darse el gusto. Era un ave que venía del norte al desierto en
busca de calor. Cuando llegaban, estaban tan cansadas, que volaban bajo y eran
fáciles de agarrar. Caía de noche, no podían presenciar el milagro.
La medida que tenían que agarrar era de un omer (4 litros
aprox.), aunque tomen de menos o de más, siempre tenían lo mismo. Los que sobraba del Man, se derretía y se
convertía en agua para tomar; pero si tomaban de más por miedo a que al día
siguiente Hashem no mandaría, se volvía gusanos.
Este milagro del Man que se derretía no duro todo el tiempo,
en cambio después para obtener el agua Hashem ordenó a Moshé que golpeara una
roca, de la cual saldría agua y los acompañaría toda la travesía. La llamaron
la fuente de Miriam porque sabían que era en merito suyo.
Hashem les envió a Amalek a que los atacaran. Moshé subió a
una montaña a hacerle tefilá a Hashem. Toda la guerra estuvo con las manos
levantadas. Al final, ganaron.
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